Gran calado

Gran calado
Por:
  • larazon

Gil ha notado que la palabra calado gana terreno en la vida pública. La usan algunos analistas y observadores, la utilizan los políticos; vaya: hasta Elba Esther Gordillo la emplea sin ponerla entre paréntesis cada vez que dice “gran calado”. Todos se refieren con esta figura a cosas grandes, compromisos mayores, reformas serias, cambios importantes. Nada de pequeñeces, basta de miniaturas, se acabó la lentejuela, queremos que todo sea de gran calado. Gamés caminó por el amplísimo estudio. Al llegar al otro extremo, se acercó a un entrepaño de su librero de cedro blanco y sostuvo entre sus manos el Diccionario enciclopédico del idioma, de Martín Alonso.

Buscó calado y encontró esto: “profundidad que alcanza en el agua la parte sumergida de un barco”. Ajá, de modo que si es de gran calado será porque estamos hablando de un buque de grandes dimensiones. Se entiende, una historia breve no será nunca de gran calado; una novela de 700 páginas, sí. Gilga ignora si la figura puede utilizarse para diversos terrenos de la vida: traía una borrachera de gran calado; o bien, aquella mujer era de gran calado; en fin, dejemos la vida marítima y volvamos a la tierra firme.

El punto es que Elba Esther Gordillo ha usado la palabra calado en una crítica severa al plan educativo (o lo que sea) del gobierno de Calderón.

Gamés lo leyó en su periódico Reforma. Según la maestra milagrosa no hay una política de Estado en el sistema nacional de enseñanza. Elba Esther Gordillo habló de los lineamientos del congreso nacional del SNTE y aprovechó para afirmar que las precandidaturas presidenciales de Lujambio y Vázquez Mota confirman que no hay proyecto educativo en el sexenio del presidente Calderón. Así como lo oyen. Gilga no sabe si la desvergüenza puede ser de gran calado.

Gamés siempre ha pensado que algunas personas deberían ir por la vida con una copa de martini en la mano. Fernando (Savater), explícales a mis maestros el valor de la palabra educación y de paso tírales un buen rollo sobre la democracia. “Aquellos que han escuchado que digo que no ha habido proyecto educativo durante muchos sexenios, hoy está confirmado, los dos, el secretario y la anterior, están preocupados por la sucesión presidencial. Eso es todo, que a ustedes les digan la realidad. Yo estoy metida en el tema: la educación”. Gilga ignora si Gordillo está metida en el tema de la educación; pero de que está metida en los cuentos y las cuentas del sindicato, eso que ni qué. Gil sabía que desde hace tiempo la alianza del presidente Calderón con Gordillo había terminado. No hay que ser Maquiavelo para saber que los aliados de

ayer serán siempre los adversarios

de mañana (qué tal Gamés metiéndole durísimo al aforismo político; oh, sí).

Gil les entrega este punto culminante del discurso de Elba Esther Gordillo, no se vayan a dormir, oigan por favor: “Esto no es un asunto de partidos, es un asunto de la sociedad y de las políticas públicas, y así lo planteamos, pero no lo hemos logrado”. Alguien de ustedes sabe qué es Nueva Alianza, ¿un partido político? Gamés pregunta: ¿el cinismo también puede ser de gran calado? Sigamos, sigamos: “Basta de reformas que parchen, basta de no aceptar que requerimos una reforma de gran calado”. Al fin apareció la gran palabra.

Por cierto, Elba Esther Gordillo acompañó a Fernando Savater durante una conferencia magistral del filósofo sobre educación, democracia, miseria, ignorancia y otros temas de gran calado y calada.

La frase anónima asomó en el espejo y espetó: “Nadie prueba la profundidad del río con ambos pies”.

Gil s’en va

gil.games@3.80.3.65