Hay 500 mdd tras el show Trump-Ramos

Raymundo Sánchez

Impresentable, el aspirante del Partido Republicano a la candidatura presidencial de Estados Unidos, Donald Trump. Pero también el conductor de Univisión, Jorge Ramos, quien fue echado por el político de una conferencia de prensa, en la que el estadounidense evidentemente no quería contestar preguntas del reportero estrella de la citada cadena de televisión hispana.

Trump cayó redondito en el juego de Ramos, quien aprovechó la estupidez del republicano para exhibirlo como el intolerante aspirante a dictador que es. Por eso el conductor no esperó a que le diera la palabra para lanzar sus preguntas. Aplicó el gritoneo cuando dieron el turno a otro reportero. El resultado: un show que elevó el rating de Univisión. A Trump nada le hizo, porque su imagen ya no puede empeorar.

Lo curioso es que el interés de Ramos por “cuestionar” a Trump se despertó luego de que Univisión rompiera con el magnate, por sus comentarios contra migrantes mexicanos, y de la demanda por 500 millones de dólares que interpuso el ultraderechista contra esa televisora que paga el salario de Ramos, quien, por cierto, durante el show apeló y reivindicó a su ciudadanía estadounidense. En resumen: periodismo de venganzas…y por dinero.

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Se intelectualiza el PRD. Por un lado, el catedrático Agustín Basave se perfila directo y sin obstáculos a ser el presidente nacional de ese partido a partir de septiembre y, por otro, nombró coordinador de su bancada en San Lázaro al ex rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez, de Oaxaca, Francisco Martínez Neri, experto en temas educativos.

Ambos, con escaso tiempo de militancia (Basave desde ayer y Martínez desde hace un mes), son los rostros del nuevo PRD que pretende limpiar al partido de las tribus y, sobre todo, de los caciques y tlatoanis, como AMLO y Cuauhtémoc Cárdenas, que siempre habían sometido al perredismo a su visión de país, de la izquierda y de la política.

Evidentemente, con estos dos intelectuales, más Miguel Barbosa al frente de la bancada en el Senado, se busca convertir al sol azteca en una izquierda con ideología sólida, definida, principios, programas de país y de gobierno, conciliadora y, principalmente, dispuesta a dialogar con otras fuerzas políticas.

Por supuesto no se logrará en el corto plazo. Pero se plantará una prometedora semilla, distante y opuesta a la izquierda radical y populista que representa Morena.

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Le llegó la hora a las falsas preparatorias del GDF. Ayer, el mandatario capitalino dio a conocer que en octubre se abre el primero de cinco planteles del bachillerato de Nueva Generación, alterno al sistema de 20 prepas que AMLO malheredó a la ciudad y el cual se convirtió en el peor modelo de educación media superior del país, al tener apenas una eficiencia terminal de 8 por ciento.

El nuevo sistema de Mancera será dirigido por la ex senadora y ex delegada en Coyoacán, María Rojo, no por el Instituto de Educación Media Superior (IEMS). En octubre abre su primer plantel en el Teatro del Pueblo, en la delegación Cuauhtémoc. Y las comparaciones entre uno y otro sistema serán inevitables. Serán las prepas de Mancera contra las prepas de AMLO.

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