Herederos de pacotilla

Herederos de pacotilla
Por:
  • rodolfoh-columnista

Cada día me convenzo más de que los opositores de López Obrador y sus huestes son unos niños de pecho. Parecen aficionados compitiendo con un auténtico profesional. Se sabe todas las mañas y se las aplica; mientras que ellos apenas atinan a rasguñarlo.

Entre tanto, el tabasqueño ya ordenó a su ejército de holgazanes terroristas de la CNTE que procedan a la toma de la Ciudad de México. Miles de ellos acamparán aquí a partir de hoy, con la excusa de la Reforma Educativa. Pero lo que yo me temo es que en realidad están velando armas en caso de que el resultado de los comicios no favorezca a su amo.

Se trata de auténticos guerrilleros urbanos; de hordas de radicales y resentidos, alimentados con un caudal de millones de pesos que fluye hacia sus manos y que el Gobierno federal ha sido incapaz de detener. Son las brigadas que veremos durante los próximos años, o décadas, acosando y agrediendo a todo aquel que se oponga a los designios de su amado líder.

Ellos han estrangulado a nuestra ciudad desde hace mucho, porque el gobierno les teme más que a los narcos; más que a cualquiera. Les tiemblan esas delicadas y escuálidas piernitas con las que a duras penas mantienen el equilibrio. Y mientras, los “operadores” del gobierno se roban el dinero de los programas sociales y demás apoyos gubernamentales; la izquierda radical no pierde el tiempo y echa mano de sus cuantiosos recursos para cavar trincheras y empezar con los preparativos del entierro de lo que queda de nuestra maltrecha democracia.

Con una disciplina y organización digna de cualquier operación militar, se movilizan desde Oaxaca para lo que se ofrezca; o a donde se requiera su presencia para desestabilizar la vida de los mexicanos. Los más afectados siempre hemos sido los habitantes de la capital; pero me temo que a partir de julio próximo los veremos actuar en cualquier lugar donde gobierne un signo distinto al de Morena.

Los niñatos que han ocasionado este desastre tienen el sello distintivo de esa generación de los años ochenta, que surgió del poder y del dinero (mal o bien habido). Los famosos juniors, que luego dieron paso a los mirreyes; hombres que hoy ya están barbudos, pero que necesitan portar un babero, porque nunca maduraron ni supieron hacer algo bueno de las herencias recibidas.

Hoy, ante la embestida populista, solamente piensan en pactar para salvar su pellejo y resguardar sus fortunas. Seguramente conseguirán ambos objetivos, mientras que el resto de los mexicanos tendremos que encarar a la inflación, a la inseguridad y al autoritarismo.

Lo que me confirma esto son las imágenes de los suegros y consuegros, acompañando a López Obrador en su proyecto. ¿Qué se juegan ellos? Nada; ¿qué peligro enfrentan? Absolutamente ninguno. Si la inseguridad aumenta, redoblan el número de sus escoltas, y si su nuevo amigo enloquece, siempre tendrán a Miami, esperándoles. Mientras que nosotros, aquí, tendremos que dar la batalla contra la CNTE y el nuevo partido hegemónico; misma que ellos observarán displicentes desde sus helicópteros.