¿Irreversible?

¿Irreversible?
Por:
  • rodolfoh-columnista

¿Estará muy cambiada nuestra ciudad dentro de seis años? ¿Viviremos cosas distintas los capitalinos con cualquiera de las dos izquierdas? ¿Mejorará nuestra calidad de vida? La verdad de las cosas es que transformaciones tan grandes como las que requerimos, toman tiempo; sobre todo partiendo del hecho de que se han perdido 20 años y se tienen que revertir muchos daños causados por la negligencia, la corrupción y la falta de visión de quienes nos han gobernado.

Además, algunos de los daños que presenta la urbe son ya irreversibles. Y es un doble reto porque el mundo avanza al tiempo que muchos problemas se agudizan; así que lo que tenemos que exigir al próximo gobernante es que, cuando menos, dé los pasos en la dirección correcta.

Mucho del daño al medio ambiente es irreparable; aunque para ser justos, no se lo podemos adjudicar todo a los gobiernos del PRD (aunque no hicieron nada al respecto). Eso viene de muy lejos, desde que en los años 40 del siglo pasado empezó la locura de entubar ríos y construir en todo el espacio posible. Hoy, lo único que nos queda por hacer es salvar Xochimilco (que ha sido descuidado por los últimos gobiernos); rescatar el único río vivo que está moribundo y frenar la mancha urbana que amenaza las pocas zonas boscosas que aún quedan.

También, desde luego, empujar con todo mi propuesta de que los terrenos que hoy ocupa el aeropuerto sean convertidos en su totalidad en un nuevo parque central. ¡Nada de universidades y centros comerciales! Solamente parque y bosque; eso pide a gritos la ciudad.

Por supuesto, lo que sigue es la movilidad, con su respectivo impacto en el aire que respiramos. Pero en este tema no guardo muchas esperanzas, porque me parece que ninguno de los candidatos tiene las agallas para restringir el uso del automóvil. Reducir en 40% la circulación de coches nos cambiaría la vida, pero para eso se requiere valor y altura de miras.

La seguridad pudiera mejorar, aunque en el caso de que gane la Presidencia el social-populismo, la economía se iría a pique, la inflación al cielo y las inversiones saldrían huyendo del país.  Bajo ese escenario, la delincuencia se desbordaría; además de que esa izquierda pretende perdonar a los criminales, lo que les daría mayores incentivos para delinquir.

La corrupción, desde luego que no se combatiría bajo un régimen de izquierda. Quizá disminuiría algo con Barrales, teniendo al PAN de contrapeso, pero es demasiado soñar porque de ese lado también se cuecen habas. Pero lo que es seguro, es que con López Obrador y con Sheinbaum juntos, Javier Duarte pasará al jardín de niños.

En resumidas cuentas, no vislumbro que vayamos a ver soluciones tangibles ni en el combate a la corrupción, ni en materia de seguridad, ni en nuestro ambiente. ¿Qué es lo que harán entonces?  Pienso que seguirán a pie juntillas la formulita de repartir dinero a los pobres para garantizar votos. Por tanto, a guardar dinero para lo que se ofrezca y poner rejas más altas en nuestros hogares.