Jóvenes, ni quién los pele

Jóvenes, ni quién los pele
Por:
  • javier_solorzano_zinser

No hay un solo indicio, por lo menos hasta ahora, de que los y la candidata presidenciales tengan en su cabeza claridad y rumbo de qué hacer y qué proponerle a los jóvenes del país.

Llevamos varios años en que la descomposición social les ha afectado como a pocos sectores de la sociedad. Están muchos y muchas de ellas en una especie de laberinto en el que, si bien hay muchas entradas, las salidas terminan por ser muy pocas, además de que muchas de ellas acaban siendo falsas o fallidas.

Sin ir muy lejos, lo que hemos visto y vivido en los últimos meses no es otra cosa que la confirmación de una crisis del modelo en que se piensan y desarrollan estrategias, cuando existen, para los jóvenes. La ausencia de una política pública en la materia tiene a muchos de ellos cercanos a abismos, en donde todo puede terminar entre la vida y la muerte.

Esto se ha convertido en el destino fatal de muchas y muchos. Sin oportunidades laborales y de vida, terminan en lo que pueden y no en lo que quieren o soñaron. Sus sueños se diluyen muchas veces de manera dolorosa y dramática por lo que otros les proponen y, sobre todo, les imponen, y por sus entornos. Han sido estas variables lo que acaba por determinar sus vidas.

Se les termina la capacidad de maniobra y en medio de rompimientos de todo tipo, acaban por decidir en lo inmediato su futuro. Lo que buscan es resolver sus vidas y ayudar a sus familias, las cuales, en muchos casos, optan por no preguntarse cómo es que sus hijos, de la noche a la mañana, tienen dinero.

El gran problema está siendo el sentido que van adquiriendo sobre sus vidas y la vida misma, y cómo la delincuencia organizada los tiene en la mira para obligarlos a que se integren a sus organizaciones o persuadirlos para que formen parte de ellas.

El bono demográfico no está siendo aprovechado y está en rumbo de que se diluya. Esto es sin duda de suyo grave, pero pudiera ser aún más delicado que muchos jóvenes no puedan desarrollarse porque están en medio la impotencia, la frustración y, particularmente, con rencores sociales de consecuencias impredecibles.

Algo de todo esto ya estamos viendo y viviendo desde hace tiempo. La “declaración de guerra” al narcotráfico, que meses después dijeron que siempre no, desató no sólo el actual estado de las cosas, sino que también cambió la percepción de los jóvenes de su entorno.

Si no no fuera así, no hay manera de explicarse muchas cosas en las que han estado involucrados jóvenes de diferentes edades en hechos violentos, algunos de ellos brutalmente descarnados. Unos han podido sobrevivir, pero para otros las cosas han sido diferentes.

Lo que es un hecho es que en ciertas ciudades del país, los jóvenes están expuestos sin importar su condición social; igual son “tentados” que secuestrados por la delincuencia organizada.

En esto estamos. La y los candidatos si en algo está es pedirles su voto, no en lo que les pasa en la vida, su vida.

RESQUICIOS.

Así nos lo dijo ayer Gabriel Sosa Plata, UAM-X, sobre el desplegado contra Radio Centro:

Sorprende el desplegado porque la industria por más que pudiera estar en competencia constante, e incluso enfrentada, se maneja de forma cohesionada. Lo que se reprocha es la manipulación del rating vía regalos, hecho por uno de sus locutores más conocidos y “populares”, quien ofrece dinero en efectivo.

Estamos ante una enorme debilidad en materia de medición de las audiencias. La mayoría de los registros se hacen en las grandes ciudades, lo que impide tener una visión nacional.

La toma de decisiones de los gobiernos y algunas agencias de publicidad, para colocar su propaganda o anuncios, se hace en función de estas mediciones. Al final lo que parece que se termina haciendo es decidir por simpatía, intereses o por relaciones personales.

En abono de Radio Centro es importante consignar que cotiza en la Bolsa, lo que transparenta sus actividades y movimientos, pero es evidente que algo serio está pasando.