La guerra de los “ninis”

La guerra de los “ninis”
Por:
  • larazon

Es rojo el saldo del año que se fue. Más de 17 mil muertos por una “guerra” que no se acaba de entender. Leo en un diario de circulación nacional la entrevista realizada a un autor de cuentos infantiles. Bien se sabe que nada es menos infantil que la literatura para niños. El escritor en cuestión es Ricardo Chávez Castañeda, autor, entre otros, de: Fernanda y los mundos secretos y Miedo, el mundo de al lado. La entrevista viene acompañada por un dato siniestro: “Cada dos días de 2009, un menor de edad fue ejecutado en el marco de la violencia generada por el narcotráfico. En total 183 niños y adolescentes murieron por una ‘guerra’ que les era ajena”.

Las muertes de los niños son llamados “daños colaterales”. Los que así las designan invocan a Stalin, quien llegó a decir que “un muerto era una tragedia, un millón de muertos un dato estadístico”.

Tan sólo en los primeros cinco días del año 43 personas fueron asesinadas en seis estados de la república: Chihuahua, Baja California, Sonora, Durango, Michoacán y Sinaloa. Sólo en Chihuahua hubo 28 ejecutados, 14 ellos lo fueron en Ciudad Juárez.

Lo cierto es que toda guerra es, por su naturaleza, una porquería. Lo dice Claudio Magris: “Precisamente violencia, muerte, barbarie, tragedia irremediable de vidas desgajadas para siempre, brutalidad y envilecimiento. Por todas estas razones, se puede decidir no enzarzarse en ella, bajo ningún concepto (como quieren los pacifistas a ultranza) o en cualquier caso —cosa racionalmente más factible e imaginable— pensarlo bien antes de enzarzarse, buscar todos los medios posibles para evitarla. Pero se hace, no nos podemos asombrar y mucho menos escandalizar de que alguien dispare, blasfeme, mate o muera.”

Estamos en “guerra”, pues, pero además, según los indicadores económicos, somos cada vez más pobres. Cerca de la mitad de la población del país vivirá en alguna forma de pobreza en este 2010. En 2009 cerraron cerca de 11 mil empresas, según cifras del Instituto Tecnológico de Monterrey. La economía se contrae y los empleos no crecen al ritmo que debieran. ¿Estudias o trabajas? La respuesta cada vez más es: “Ni estudio ni trabajo”. Son los “ninis”. Esa nueva generación de mexicanos. Casi un millón que no encontrará alternativa laboral.

Les espera, si bien va, el mercado informal. Pero muchos prefieren “vivir bien un año y luego morir”. Buscan, como sea, enrolarse en las filas del delito organizado.

Por si esto fuera poco, en el año que inicia se elegirán 12 gubernaturas, mil 533 ayuntamientos y 309 diputados. Será un año electoral. Casi todos lo son. Es breve el lapso en que un gobernante realmente puede actuar. La picaresca política señalaba que el sexenio se dividía en tres: “dos años para acomodarse, dos para gobernar y dos para irse”. Oscilantes entre elección y elección, muchos de nuestros políticos no saben sino pensar en el puesto que sigue. Pero, además, en nuestro país no se sabe perder. La esencia de la democracia, que implica el reconocimiento del triunfo ajeno, a cargo del perdedor, no existe. En ese contexto, habría que recordar la frase de W. Churchill: “Gobernar es eso que hacemos para matar el tiempo entre una elección y la que le sigue.”

Encontraremos alianzas variopintas marcadas por la estricta coyuntura. El agua y el aceite en Veracruz, por ejemplo. Es difícil esperar definiciones y claridad política en un contexto como el actual. ¿Puede hablarse de la paz social, del orden necesario para la inversión en el contexto bélico que define la excepción? ¿Puede hablarse de la segunda vuelta electoral en Ciudad Juárez?

Es claro que no. Y en el depauperado escenario, a menos que acontezca un golpe de timón, no se augura ni el fin de la escalada bélica ni mucho menos una disminución de lo que supuestamente la origina. Hasta donde se sabe el índice de adicciones ha crecido en el país para estas fechas.

Mientras no se estime que la raíz del problema de la droga es la prohibición y no se busque, como hizo Colombia, utilizar los fondos bélicos para disminuir los daños colaterales, el país continuará en esta espiral de sangre y violencia incontrolada. Quizás conozcamos ésta como la “guerra de los ninis”.

rensal63@hotmail.com

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