La ingenua del sur

La ingenua del sur
Por:
  • rodolfoh-columnista

“Two things are infinite: the universe and human stupidity; and I'm not sure about the universe.” ― Albert Einstein

Quise dejar la cita de Einstein en inglés esperando (ilusamente) que esta columna llegue a manos de Sean Penn; y evitarle el uso del traductor de Google (porque no estoy tan seguro que hable español). Sin duda tanto él como Kate del Castillo tienen talento para la actuación, esa es su profesión y la desempeñan con excelencia. Pero que sean buenos en su trabajo no implica necesariamente que sean inteligentes (aunque aparenten serlo). También hay que decir que como cualquier persona no son infalibles y por lo tanto son susceptibles de cometer errores y de dejarse llevar por sus pasiones.

Después de leer el coqueteo entre Kate y el Chapo me queda claro que la famosa entrevista es una mezcla de errores, torpezas, vanidades y ambiciones. Conocimos a través de sus chats una faceta muy íntima y desconocida de la actriz, pero que hace muy complejo su análisis. Por un lado pareciera una mujer con una gran carencia de afecto (sobre todo cuando le dice al capo que nadie ha cuidado de ella en la vida); y se siente halagada por los lances románticos de éste. Por otro lado está clara la ambición desmedida que la lleva —sin miramientos— a involucrarse con un tipo sanguinario, responsable de miles de muertes y de la violencia que ha azotado al país desde la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.

Al final se juntaron el hambre con las ganas de comer. El ego desatado y la avaricia de la actriz con el protagonismo y activismo hueco de Penn. Es claro que la grandeza del actor contrasta con su incapacidad intelectual en otros ámbitos. Porque eso de ir a abrazar a dictadores como Chávez, Maduro o los hermanitos Castro habla de una persona que analiza poco, lee poco y que más bien gusta de diferenciarse para alimentar su vanidad. Y si por otro lado este personaje es de esos tipos dogmáticos —de los que obligan a lo sabios a decir que la tierra es el centro del Universo— pues hay poco qué hacer para ayudarle y darle crédito (eppur si muove).

Ojalá Kate del Castillo sólo haya recibido regalos, piropos y buenos tratos por parte del señor de los túneles; y no le haya aceptado ni un peso. Sería muy triste que este gran error de hacerse “amiga” del Chapo la llevara a tener problemas con la justicia. Ojala se quite la soberbia, acepte que el narcotráfico no es una serie de televisión y que tenga siempre en mente el dicho que dice: “dime con quien andas y te diré quien eres”.