La izquierda “bolivariana” prefiere a Trump

La izquierda “bolivariana” prefiere a Trump
Por:
  • rafaelr-columnista

Se lo hemos leído en las últimas semanas a Álvaro García Linera y Emir Sader, dos de sus más elocuentes ideólogos: la izquierda latinoamericana, identificada con el llamado “socialismo del siglo XXI”, ve la presidencia de Donald Trump más como una oportunidad que como una amenaza.

La llegada del magnate de Nueva York a la Casa Blanca, dicen, es otro indicio —después del Brexit y el ascenso del populismo de derecha en Europa—, del fin de la “globalización neoliberal” y del “mundo unipolar” que siguieron a la Guerra Fría.

Que la amenaza no es Tump sino nada menos que Barack Obama, el presidente que culmina su mandato, se verificó en el pasado desfile militar en La Habana, cuando los soldados del ejército cubano marcharon coreando este canto de guerra: “¡Obama, Obama!, con cuanto fervor quisiera, enfrentarme a tu torpeza, para hacerte una limpieza, con rebeldes y morteros, y vamos a hacerte un sombrero, de plomos en la cabeza”. Obama, el presidente que restableció las relaciones, reabrió las embajadas y aplicó varios paquetes de acciones ejecutivas para flexibilizar el embargo comercial.

Un editorialista de Cubadebate, la página electrónica del Partido Comunista de Cuba, resumió la preferencia por Trump de esta manera: “ya se va apreciando que, al menos en imagen, el burdo Trump es menos peligroso que Obama”. El primer presidente afroestadounidense, según el articulista, “fue más peligroso que Bush, y acaso el presidente más peligroso de aquella nación por lo menos de John F. Kennedy para acá”. Obama, concluye obtusamente, “deja la realidad (de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba) no tan lejos de donde estaba el 17 de diciembre de 2014”.

Ni una palabra dicen esos ideólogos del anuncio de Trump de revocar las acciones ejecutivas de Obama que facilitan los viajes, las remesas, el turismo, las inversiones, los créditos y el intercambio cultural y académico.

Esos publicistas de la izquierda autoritaria subestiman o minimizan el avance del vínculo bilateral entre Estados Unidos y Cuba en los dos últimos años —y el acuerdo nuclear con Irán y el pacto con Rusia en la cuestión siria—, en un gesto de coincidencia con la derecha cubanoestadounidense, que se movilizó para evitar la elección de Hillary Clinton. Unos y otros coinciden en la reacción antiliberal contra los demócratas.

A este encuentro de los extremos americanos en un conservadurismo fronterizo habría que agregar el dogma geopolítico de esa izquierda formateada en la Guerra Fría. Varios medios de la misma corriente se dejan llevar por la expectativa de buenas relaciones con Rusia que, en buena medida, oculta la rivalidad con China. Que Trump sea apoyado por Vladimir Putin y Julian Assange les parece suficiente para ver ventajas en la nueva presidencia de derecha. Una presidencia que, antes de comenzar a gobernar, ya golpea a México con su proteccionismo y sus amenazas contra las automotrices o contra los migrantes hispanos en Estados Unidos.

rafael.rojas@3.80.3.65