La justicia “asombra y desconcierta”

La justicia “asombra y desconcierta”
Por:
  • bibiana_belsasso

Son demasiadas, y en todos los ámbitos, las decisiones de la justicia mexicana que dejan con dudas o mal sabor de boca a la ciudadanía. Pareciera que la justicia se hace, muchas veces, por consideraciones políticas coyunturales o políticamente correctas, por miedo o, incluso, por corrupción. Hay decisiones inexplicables, como la que tomó el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación respecto al fideicomiso de Morena, desechando de plano toda la investigación que había realizado el INE. El tribunal tenía varias opciones legales, incluso pedir que la investigación se profundizara o se incorporaran nuevas pruebas, pero las desechó por completo. El INE argumentó, con razón, que de esa manera, las actividades de fiscalización del instituto pierden sentido, pero más grave aún, una medida tan drástica y apresurada del tribunal (apenas se tomaron unas horas para analizarla) parece ser más consecuencia de la presión y la reacción de Morena sobre el tribunal, que de una ponderación seria de las pruebas, muchas, aportadas por el INE.

En el conflicto que vive la Universidad Nacional, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) también tomó una decisión poco comprensible: decidió dejar en libertad a dos presuntos porros que habían sido detenidos por la Policía Federal, acusados de haber participado en la agresión que sufrió un grupo de estudiantes en la explanada de Rectoría, el lunes de la semana pasada. La PGJ argumentó que “no podía fabricar culpables”; dijo que estaban presentados en calidad de “testigos” y los dejó en libertad. La Rectoría, por medio de un comunicado, expresó su “asombro y desconcierto” por la decisión de la Fiscalía de la PGJ.

Esta casa de estudios, especificaron las autoridades de la UNAM, esperan una explicación a la comunidad universitaria y a la sociedad mexicana por parte de las autoridades correspondientes sobre tal determinación. En realidad, el “asombro y el desconcierto” eran más que justificados por la rapidez con la que se produjo la liberación de los dos personajes. No hubo mayores explicaciones.

El jueves en la noche fue liberada Rosalinda González Valencia, esposa de Nemesio Oseguera, El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación. Cuando González Valencia fue detenida el pasado 26 de mayo, en Zapopan, Jalisco, se dijo que era apodada La Jefa, que era la responsable del manejo financiero del cártel y se la vinculó a proceso por estar relacionada con una red de 73 empresas y personas físicas que habrían lavado mil 100 millones de pesos del cártel. Quedó en libertad tras pagar una fianza de 1.5 millones de pesos. Un juez concluyó que no se contaba con las pruebas suficientes para procesarla por el delito de delincuencia organizada, y que sólo existían datos de prueba “mínimos” para procesarla por lavado de dinero. ¿No le parece una decisión por lo menos asombrosa y desconcertante, ante las acusaciones por las que había sido detenida?

La justicia no está funcionando; existe demasiada impunidad y demasiadas acciones no explicadas. Y en un  marco de impunidad jamás mejoraremos nuestra triste historia de inseguridad colectiva e individual.

Con un mal sabor...

El sábado, la Procuraduría capitalina informó que liberó a los dos presuntos agresores de estudiantes universitarios, detenidos por la Policía Federal el jueves, debido a que “no hubo flagrancia en su detención ni imputación en su contra”; mientras que el Jefe de Gobierno, José Ramón Amieva, señaló que estos sujetos fueron presentados en calidad de testigos y no como imputados, y añadió que no se fabricarán culpables en el caso.

La liberación de estos dos sujetos ocasionó que se incrementara el diferendo entre las autoridades capitalinas y la UNAM. El domingo, la máxima casa de estudios respondió que desde el mismo lunes, cuando se presentó la agresión contra los estudiantes que protestaban pacíficamente, presentó las denuncias correspondientes: una en la PGR y la otra en la PGJCDMX.

Otro caso que generó dudas sobre la actuación de las autoridades encargadas de la procuración de justicia, fue la liberación de Rosalinda González Valencia, esposa del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, Nemesio Oseguera,  El Mencho, luego de que un juez concluyó que no había pruebas suficientes para procesarla por delincuencia organizada, y que sólo existían pruebas mínimas para procesarla por lavado, por lo que alcanzó fianza.

También hermana de los fundadores y líderes del cartel criminal de Los Cuinis, González Valencia fue detenida  en mayo en una zona exclusiva de Zapopan. Estados Unidos la señaló junto a sus hermanas de ser responsables en el trasiego de drogas a ese país.