La lección de Don Saúl…

La lección de Don Saúl…
Por:
  • larazon

Mónica Garza

Que el fin del mundo nos pille bailando

Joaquín Sabina

A mí me gustaría que mi corazón latiera al ritmo del de Don Saúl Calderón, un hombre de la tercera edad que vi por vez primera —así de pasadita— en un video que en pocas horas se hizo viral en las redes sociales esta semana. Imágenes que con los días me tuvieron de reflexión en reflexión, pero cuando pude platicar personalmente con Don Saúl, pasé de la sorpresa a la que será sin duda una inolvidable lección.

El video muestra a un hombre que usa dos muletas para caminar y con ellas se mete a una pista de baile callejero para darle rienda suelta al impulso que domina su cuerpo por bailar. El ritmo de la música entra con tal vigor en su ser que termina aventando ambas muletas y al son del rock and roll recupera la movilidad de todos sus miembros.

Las imágenes sorprendentes y entrañables le dieron la vuelta al mundo en horas. (www.youtube.com/watch?v=4SVVwFglWbg)

“No hemos tenido suerte de encontrar a esta nueva estrella viral, pero creemos que quizá puede ser de Su-damérica”, reportó una conductora de la cadena CNN mientras mostraba en el noticiero las imágenes de este hombre que hasta ese momento no tenía nombre ni nacionalidad, sólo rostro y mucho ritmo.

Fue en México donde una asistente de producción del área de noticias de TV Azteca, al ver las imágenes del video, reconoció en ellas al abuelo de una amiga suya. La contactó de inmediato y así se confirmó la identidad de este entusiasta y anónimo bailarín que resultó ser mexicano y con una historia extraordinaria.

“¡Estoy sorprendido! No creo ser yo lo suficientemente bueno para despertar tanto interés en las personas. Me da tristeza que les llame la atención por mi edad, porque personas de mi edad ha de haber muchas, pero, o no quieren salir o sus parientes no quieren sacarlos, y por eso ellos no disfrutan bien de los últimos años que nos quedan...”, me dijo entusiasta Don Saúl, luego de su recién estrenada popularidad, en una conversación donde claramente percibí a un hombre especializado en conectar el corazón a la música, a los pies y a la vida.

Don Saúl Calderón tiene 90 años, vive solo, es autosuficiente y económicamente independiente. Se dedica al negocio de la peletería y dice su yerno que hasta hace poco seguía haciendo composturas con sus propias manos, y que hasta la fecha ni siquiera necesita lentes para insertar el hilo en la aguja.

Trabaja de lunes a sábado nueve horas al día, en su taller “Casa Saúl”, que existe desde hace 45 años en la colonia Doctores.

Pero el domingo es día de fiesta para Don Saúl desde hace 10 años, cuando descubrió —e hizo suyo— un espacio en el Jardín Allende, en el barrio de Coyoacán, donde todos los domingos, desde la una de la tarde, la música suena, la pista se improvisa, la imaginación vuela y baila quien

quiera.

Cada domingo Don Saúl, con sus vigorosos 90 años a cuestas, viaja en solitario de la estación del Metro Niños Héroes hasta la estación Coyoacán, ahí toma un microbús que lo deja en la calle Centenario desde donde camina hasta el Jardín Allende, al que llega a las dos de la tarde para bailar tres horas ininterrumpidas: son cubano, rock and roll o danzón.

“Me da gusto que les cause yo risa, porque si la gente se siente feliz yo soy feliz...”, dice este hombre que emociona con su vitalidad y su ritmo, que fue lo que llamó la atención de una turista peruana, que paseaba un domingo por Coyoacán, y al verlo bailar no pudo evitar grabarlo. Fue ella quien subió a YouTube las imágenes que en horas impactaron al mundo. Un mundo que pareciera que ya no se conmueve con nada. Pero Don Saúl consiguió distraer la atención que hoy todos tenemos puesta sólo en los horrores de la condición humana, y nos dio un bálsamo con sus 90 años, su baile, su sonrisa y sus ganas.

¡Mil gracias Don Saúl!

monica.garza@razon.mx

Twitter: @monicagarzag