La otra elección

La otra elección
Por:
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Horacio Vives Segl

En estos días, cuando se habla de elecciones, seguramente viene a la mente el proceso interno del PRD o la selección de consejeros para los organismos electorales locales (Oples) que organizarán, junto con el INE, las elecciones de junio de 2015. Pero no son las únicas. El proceso de elección del nuevo presidente —o reelección del actual— de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, entra en una etapa definitoria, para el periodo que irá de noviembre de 2014 a 2019.

 Nuevo contexto... La trascendencia de la agenda sobre la protección de los derechos humanos ha aumentado en el país. Desde la creación de la CNDH, apenas en 1992, se ha ido ajustando el marco legal con miras a generar una mejor protección y defensa de los derechos humanos, así como para imponer sanciones a quienes los afectan. La reforma constitucional en materia de derechos humanos aprobada en la anterior administración fue un paso en la dirección correcta para tener un marco jurídico adecuado, una institución con “mejores dientes” para realizar su función. Con todo, hoy en día, cuando está en juego la reelección del actual presidente, hay diversos elementos que obligan a la reflexión sobre la conveniencia de un cambio de mando en la CNDH.

 Déficit de gestión... Las organizaciones vigilantes del cumplimiento de derechos humanos y la sociedad en general, con toda razón, se han sofisticado y se han hecho más exigentes en cuanto a los resultados en el desempeño de la Comisión. Hace apenas unos días, El Universal publicó un reportaje analítico —reforzado con la columna de Ricardo Raphael— con diversas cifras sobre la gestión de Raúl Plascencia. Si bien no creo que deba de asumirse como un ejercicio lineal, en tanto que la emisión de recomendaciones requiere de una serie de consideraciones a cumplirse, y no debe entenderse sólo como metas de desempeño, aun así no deja de ser llamativo que, según dicha fuente, sólo se emitieron 86 recomendaciones en 2013, por lo que atendiendo al presupuesto de la institución, cada recomendación habría costado casi 16 millones de pesos.

La CNDH cuenta con un presupuesto adecuado, con facultades para investigar, emitir recomendaciones, vigilar su cumplimiento, ejercitar acciones de inscontitucionalidad contra leyes locales y federales que vulneren derechos humanos y dictar medidas cautelares, en otras atribuciones. Sobre ese último punto, es lamentable el episodio reciente, relacionado con la celeridad de las medidascautelares referentes a un supuesto caso de plagio en contra del abogado general de la UNAM, contendiente para relevar a Plascencia en el cargo. Ahí otro aspecto importante: ¿qué necesidad de poner en pugna —otra vez— a dos instituciones del prestigio de la UNAM y de la CNDH?

 Idoneidad... El desgaste en la gestión ha alcanzado a su titular. Parece oportuna la llegada de un nuevo perfil. Alguien con vocación, compromiso y trayectoria probada en la defensa de los derechos humanos; que esté resueltamente del lado de las víctimas y de la sociedad; con una nueva visión, que tenga la capacidad de cambiar la percepción sobre el desempeño de la institución; que tenga la autoridad para encabezar una institución del Estado frente a posiciones de gobierno por naturaleza destinadas al desencuentro; que tenga una buena interlocución con distintos actores en la materia. Ojalá que el Senado, al emitir la convocatoria respectiva y al hacer la amplia auscultación para elaborar la terna de candidatos, tome dichos elementos en consideración, y no vaya a repetirse el extraño proceso de 2004 en la que la reelección de José Luis Soberanes pareció darse en automático.

 Recordando a Lujambio... Hoy se cumplen dos años de su fallecimiento. La siguiente semana dedicaré este espacio a comentar el libro Constructor de instituciones. La obra de Alonso Lujambio comentada por sus críticos. Por lo pronto, lo recordamos en el segundo aniversario de su partida.

hvives@itam.mx

Twitter: @HVivesSegl