La raza única

Como una forma de convivir en el mundo, se han hecho subdivisiones de tipo social, religioso y económico. De esta forma, se fueron formando grupos que se unían por su identidad pensando en ésta como referente los usos y costumbres junto con el color de la piel. Es decir, se unen también por su apariencia. Sin embargo, si hurgamos en el origen de la raza humana sabremos que se define como un colectivo de personas que comparten algunas características hereditarias que los “hermanan” y que los distingues de otros grupos de personas.

Aunque me parece importante que nos detengamos a pensar en que, según las clasificaciones antropológicas y estudios biológicos que coinciden que todos los estos colectivos pertenecen a una especie conocida como Homo sapiens. Pues, a pesar de que en pleno siglo XX nos empeñamos en que la raza nos da una suerte de estatus las diferencias en el tono de la piel no son significativas entre unos y otros.

Si revisamos cuáles son las diferencias más representativas en las diversas razas, siempre estarán relacionadas con el lenguaje y la apariencia de las personas. Y en el último punto que se refiere al color de la piel debemos observar que ésta se da por la cantidad de su pigmento, así como la melanina que es la que resguarda al cuerpo de las radiaciones solares.

La idea de separar a los seres humanos por razas se remonta a las épocas muy remotas y esta separación normalmente estaba pautada por intereses sociales, políticos y económicos. Cómo olvidar que hasta el siglo pasado se pensaba que el color de la sangre tenía que ver con la apariencia de cada individuo. Es decir, sobretodo en Occidente se tenía la idea, por ejemplo, que quienes pertenecían a la realeza o a la aristocracia.

Quien esto escribe investigó cuál era el origen de esta premisa y resulta ser que se trata de que quien tenía la piel muy blanca, normalmente pertenecía a un sector privilegiado y no tenían que llevar a cabo trabajos que les requiera un esfuerzo físico y, en consecuencia, su piel permanecía intacta; a diferencia de quienes trabajaban la tierra durante grandes jornadas de trabajo y que sufrían las inclemencias del tiempo que quedaban como sello en una piel más tostada. Así, la apariencia física daba a las personas esa “cualidad” pues si la piel es demasiado blanca las venas se aprecian con un color azulado: y lo que corre por ellas es sangre.

En la última década nos hemos enfrentado, de manera frontal, a la división de grupos por su origen étnico y su cultura. Sin pensar que esta situación dará pie a una serie de injusticias que marcarán no sólo a quienes se les discrimina sino a generaciones posteriores que crecerán con la idea de que existe una superioridad entre uno y otros, más allá del bando al que se pertenezca.

No obstante, a lo largo de la historia se ha visto que ante una crisis, como la que se vive en este momento, surgen líderes que plantean escenarios distintos que e incluyentes. Por qué no recordar a Mahatma Gandhi quien naciera en la India 1869 y muriera asesinado1948. Este personaje fue una pieza fundamental para la transición del siglo XX. Abogado de profesión se lanzó a una cruzada, con gran éxito, cuando observó la desigualdad que vivían sus compatriotas que era una colonia inglesa.

Fue un líder nodal en el movimiento nacionalista indio al que perteneció desde la segunda década del siglo pasado. Aunque su estrategia se basaba en un sistema que aludía a la “no violencia”: no usaba armas y se resistía poniendo como escudo su propio cuerpo. Es decir, la resistencia, que además los llevó a la independencia, se basaba en la desobediencia civil, también, como otra forma de manifestar su desacuerdo.

Ya León Tolstói había planteado este tipo de resistencia en las postrimerías del siglo XIX y él fue alguien muy cercano a Gandhi, incluso fue uno de sus grandes referentes para encabezar esta manifestación social atípica.

Nos vemos el otro sábado, si ustedes gustan.

Algunos años después Martín Luther King encabezó un movimiento, con las mismas características, para apoyar al movimiento afroamericano quien sufría vejaciones de todo tipo y que con el acompañamiento del Dr. King alcanzaron posiciones que les permitieron convivir con mejores condiciones de vida.

Soy una convencida que de las grandes crisis surgen personajes que construyen un nuevo discurso que se encamina a respetar los derechos de todos los seres humanos por igual. Vendrán pronto los herederos de estos líderes para que nos replantearán la nueva forma de convivencia en este siglo XXI.

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