La representación proporcional a consulta ciudadana

La representación proporcional a consulta ciudadana
Por:
  • larazon

Mauricio I. Ibarra

El sistema político mexicano adquirió un carácter mixto (pues combina la representación directa con la representación proporcional) en 1977 con la aprobación de la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales.

En ese entonces quedó establecido en 400 el número de diputados federales: 300 elegidos por mayoría relativa (grupo formado por los ganadores de cada uno de los distritos en que está dividido el territorio nacional) y 100 de representación proporcional. Estos últimos no representaban un distrito electoral específico, sino que se elegían considerando el porcentaje de votos que alcanzara el partido al que representaban en un territorio (circunscripción) determinado. La enorme ventaja de la representación proporcional es que su puesta en práctica permite reflejar en el ámbito parlamentario a las distintas expresiones de opinión, independientemente de su fuerza electoral. Su adopción, no obstante, presenta otros inconvenientes: desvinculación entre legisladores y electorado, así como mayor fragmentación de la función legislativa.

La Cámara baja estuvo integrada por 400 diputados desde las elecciones de 1979 y se mantuvo así hasta 1988. La revisión de los debates de la época muestra que durante las tres legislaturas integradas por 400 diputados, las oposiciones se expresaron sin cortapisa. En 1986, a raíz de otra reforma electoral, se determinó que el número de diputados fuera de 500, para lo cual se incrementaron 100 representantes electos por medio de la representación proporcional, situación vigente a la fecha.

La inclusión de la representación proporcional en la Cámara de Senadores tuvo lugar en la década de los 90. En 1996 se acordó que se elegirían a tres senadores por cada una de las entidades federativas (dos de la mayoría y uno de la primera minoría), pero se introdujeron 32 senadores de representación proporcional. La inclusión de este último grupo es, por decir lo menos, singular.

La naturaleza del Senado permite una representación igualitaria entre entidades federativas, lo que crea un contrapeso a la desigualdad existente en la Cámara de Diputados, donde predominan las entidades con más habitantes. El equilibrio entre ambas cámaras quedó fracturado al crear un grupo de 32 legisladores que no representan a ningún integrante concreto del Pacto Federal.

La inclusión de la representación proporcional en el pasado permitió que la ciudadanía conociera la perspectiva que sobre los problemas del país tenían los entonces partidos minoritarios, de cara al predominio de un partido hegemónico que ejerció el poder durante 70 años. Hoy, que ha habido alternancia en la Presidencia, con un sistema multipartidista en el que tres partidos disputan las preferencias del electorado en condiciones de equidad, es pertinente considerar con toda seriedad la propuesta del PRI para que la ciudadanía exprese su acuerdo en una consulta popular a fin de eliminar 100 de los 200 diputados federales plurinominales y los 32 senadores de representación proporcional.

Conviene subrayar que su eventual aprobación no eliminaría la presencia de voces minoritarias en la Cámara de Diputados. Además, restituiría en el Senado un equilibrio favorable a las entidades federativas con menos habitantes.