La salvación nacional

La salvación nacional
Por:
  • larazon

Nizar Dana

En Ammán

La Conferencia de Ginebra II y las reuniones que pretenden hacer no son capaces de resolver el conflicto sirio, pues hay muchos intereses antagónicos involucrados. Mientras siguen las masacres contra el pueblo, tanto la delegación oficial como la de la oposición cuentan las mismas mentiras y sus jefes rusos y norteamericanos los observan.

El régimen sabe bien que no es capaz de salir del conflicto, “a pesar de sus logros militares”, si no gana la batalla diplomática. El ministro de Exterior, Walid al Muallem, culpó a varios países y organizaciones sin reconocer que la responsabilidad de que el conflicto esté en ese nivel fue de su presidente, a quien no le dio la gana escuchar a los inconformes y empezó con la teoría de la conspiración internacional contra él y su régimen.

El ministro sabe que no son menos crueles que aquellas organizaciones terroristas que no tuvieron reparo en masacrar a los sirios sin diferenciar entre niños, mujeres o ancianos; por esto aceptó sentarse a dialogar.

Si el régimen estuviese seguro de que tiene la razón y sus manos no estuvieran manchadas con la sangre de su pueblo, si se considerase inocente de las acusaciones por no respetar los derechos humanos, entonces debería actuar de otra manera, como hicieron los vietnamitas, que negociaron solos y directamente sobre su causa.

El gobierno sirio está consciente de que las medidas que tomó no fueron las más adecuadas y está claro que es incapaz de ganar esta batalla diplomática solo.

La conferencia facilitó la entrada directa a todos aquellos intrusos que quisieron involucrarse en el conflicto del país… Y con ello El Assad está probando que no es el único y legítimo representante del pueblo. Sentarse con tantos representantes es aceptarlos y admitir el papel que van a desempeñar en el futuro de Siria. Vamos por Ginebra II, amén de las reuniones en hoteles de lujo, y si no empiezan con algo práctico habrá Ginebra 3, 4, etc.

Los sirios están cansados de una guerra de casi tres años y exigen soluciones… Lo primero es un alto el fuego con observadores internacionales, liberar a prisioneros, abrir corredores seguros para llevar comida y medicina a los que se encuentran en las zonas calientes y el regreso de los refugiados a sus hogares.

Sólo después de dichas medidas se hablaría del gobierno de transición. Como el presidente El Assad insiste en formar parte del futuro de Siria, pues según él y sus secuaces es el legítimo presidente (al ser puesto por su padre), se formaría un gobierno de coalición para realizar las reformas necesarias bajo su presidencia y entonces escribir una Constitución y leyes electorales para llevarlos a un referéndum… Pero ¿por qué no hicieron esto hace tres años? ¡Cómo podrían haberse evitado sangre y dolor!

En Siria los bandos enfrentados concluyeron que la única salida al conflicto es por vía diplomática, por eso la prioridad debe ser la unidad nacional y la protección ciudadana, para, después, sacar a las fuerzas armadas extranjeras del país, sean afines al régimen o la oposición.

Todos los sirios y el pueblo árabe siguen las noticias del conflicto con la esperanza de que la reunión entre las delegaciones del régimen y la oposición logre un acuerdo sobre una hoja de ruta a la cual deberían llamar: La hoja de ruta de la salvación nacional.

nizardana.razon@gmail.com