La segunda muerte de Nazario Moreno

La segunda muerte de Nazario Moreno
Por:
  • larazon

Pablo Hiriart

Tal y como lo dijo dos veces La Razón en su primera plana, Nazario Moreno no estaba muerto, sino vivo y armado.

Ayer se informó que el fundador de Los Caballeros Templarios cayó muerto en un enfrentamiento contra fuerzas federales en Tumbiscatío, colindante con Apatzingán, lugar donde el gobierno anterior lo “abatió” en diciembre de 2010.

Hay que reconocer la seriedad con que se está actuando contra las bandas criminales, sin personalismos ni lucimientos. Y sobre todo con eficacia.

El comisionado Castillo no fue a acaparar reflectores, sino a coordinar los trabajos de seguridad en Michoacán. Los resultados de esta nueva estrategia están a la vista.

En la portada de La Razón publicamos, hace dos semanas, una entrevista con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien me dijo que no existía ninguna prueba de que Nazario Moreno estuviese muerto.

Apenas la semana anterior publicamos en la portada del diario una fotografía de Nazario Moreno, vestido con traje militar color caqui, en un palenque de la Tierra Caliente michoacana.

Así fue. Estaba vivo y durante tres años pudo gozar de libertad gracias a que se le había dado por muerto.

La precipitación por presentar una noticia fuerte a los medios de comunicación llevó a la administración pasada a uno de sus peores errores cometidos en ese terreno, que no fueron pocos.

¿Por qué dieron por muerto a un vivo, fundador de un cártel sanguinario, de narcotraficantes, explotadores de minas ilegales, secuestradores y extorsionadores?

Vamos a atribuirlo a un error, porque evidentemente lo fue, sin necesidad de elucubrar intenciones de encubrimiento. Pero en ese error hubo responsabilidad política de las autoridades de entonces.

Nunca tuvieron el cuerpo de Nazario. Inventaron que sus cómplices se lo llevaron y lo ocultaron para enterrarlo quién sabe dónde.

Pura fantasía, imaginación o mentiras deliberadas para dar la apariencia de eficacia.

Con lo que se comprobó ayer, queda confirmado que una parte de la seguridad del país estuvo en manos irresponsables, de advenedizos que buscaban obtener dividendos políticos a cualquier costo.

Así como hubo excelentes trabajos en materia de seguridad en el sexenio anterior, como fue la formación de cuerpos de élite en la Marina, también queda claro que el resto estuvo en manos de unos chapuceros.

Dejaron regados miles de cadáveres en el territorio nacional sin dar resultados de ningún tipo.

Al contrario, dieron por capturados a narcotraficantes que no eran, inventaron historias de peliculescas aprehensiones —como en el caso de La Barbie— que no fueron tales, y permitieron la liberación de presuntos secuestradores por no seguir el debido proceso.

En fin, enhorabuena por el descabezamiento de Los Caballeros Templarios.

phl@3.80.3.65

Twitter: @PabloHiriart