La seguridad, un infierno

La seguridad, un infierno
Por:
  • larazon

Pablo Hiriart

Si alguien puede decir qué hace el muy respetable doctor Manuel Mondragón y Kalb, comisionado nacional de Seguridad, seguramente habla de oídas o simplemente lo inventa.

Es que la seguridad no mejora y la crueldad de los delincuentes contra las víctimas no tiene límites, pues las autoridades encargadas de brindar protección no le han sabido poner freno.

Dar seguridad personal y patrimonial a los ciudadanos es función esencial del Estado, y eso no está ocurriendo en nuestro país.

No hay seguridad de salir de casa y regresar a ella, pues el secuestro está muy lejos de ser un fenómeno en retirada: se expande en una proporción equivalente a la incapacidad de las autoridades.

Y no hablamos de secuestros multimillonarios, sofisticados, como el que han sufrido algunos empresarios, sino que ese mal se extiende y pone como víctimas, también, a ciudadanos de las clases media y baja.

Así ninguna democracia es disfrutable.

Los secuestros ocurren, cada vez con mayor frecuencia y a plena luz del día, lo mismo en Polanco que en Chimalhuacán.

No puede ser que estemos con iguales o peores índices que en 2003.

La falta de resultados en ese frente estimula a los delincuentes a secuestrar al amparo de la impunidad y de la ineficacia oficial.

Ayer el secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Monte Alejandro Rubido, dio a conocer el rescate de dos personas secuestradas desde noviembre y diciembre del año pasado en Tlalpan, Distrito Federal.

Una de ellas tenía la nariz quebrada y a la otra le habían cortado las dos orejas.

En la casa de seguridad donde estaban cautivos ya se había hecho una fosa para enterrarlos, y al lado de esa cavidad estaban enterradas otras dos víctimas de esa banda.

El funcionario dijo que la banda, compuesta por muchachos veinteañeros, también había secuestrado a tres jóvenes de 13, 20 y 28 años, en las delegaciones Álvaro Obregón, Tlalpan y Cuauhtémoc.

Al primero lo soltaron previo pago de 342 mil pesos de rescate.

Al segundo lo mataron de un tiro en la cabeza y arrojaron su cuerpo en la carretera Picacho-Ajusco.

Y al tercero lo liberaron el 18 de este mes, sin una oreja.

Isabel Miranda de Wallace informó ayer que del 1 de diciembre de 2012 al 31 de enero de 2014 se contabilizaron dos mil 913 plagios denunciados.

Por cada secuestro denunciado, explicó hace un par de semanas el nuevo encargado de la lucha contra el secuestro, Renato Sales, nueve no se denuncian.

Es decir, en poco más de un año han ocurrido unos 30 mil secuestros en el país. Eso es un infierno.

El gabinete de seguridad no funciona.

phl@3.80.3.65

Twitter: @PabloHiriart