La sucesión de Vallejo

La sucesión de Vallejo
Por:
  • larazon

Horacio Vives Segl

Muy lejos quedó aquella época en que los gobernadores eran removidos y no terminaban su periodo de gobierno. Por eso ahora resulta muy llamativa la renuncia de Fausto Vallejo como gobernador de Michoacán.

 Michoacán sui géneris. Alentado por la irrupción cardenista en 1988, Michoacán fue, junto con el Distrito Federal, una de las dos entidades que experimentaron una temprana pluralidad política para romper con el monopolio del PRI en la representación de espacios legislativos y administrativos en los distintos órdenes de gobierno. En general, las elecciones en los últimos 20 años en el estado reflejan el tripartidismo federal. Diez años —que terminaron en 2012— estuvo el PRD en el gobierno del estado, que prácticamente coinciden con los gobiernos panistas en la Presidencia de la República. En esa circunstancia parecía lógico que Fausto Vallejo, presidente municipal de Morelia en cuatro ocasiones, fuera la apuesta del PRI para recuperar el Ejecutivo local en unas cerradísimas elecciones que le dieron el triunfo a finales de 2011. Era, además, una legítima aspiración para culminar su carrera política.

 Creciente deterioro. Por supuesto que la problemática que arrastra Michoacán no es nueva. A pesar de los esfuerzos que desde 2007 —con resultados mixtos— se hicieron para mejorar las condiciones de seguridad en el estado, nada como el annus horribilis de 2013. Al mapa de conflictos y riesgos que ya traía el estado, se incorporaron, entre otras cosas, la renovada actividad de la banda criminal autodenominada Los Caballeros Templarios, el ataque a instalaciones de la CFE, las recurrentes ejecuciones y extorsiones generalizadas (como las que azotaron a productores de limón o aguacate, con el respectivo impacto económico) y el problema del surgimiento, negociación, desarme y “retorno a la legalidad” de los llamados grupos de autodefensas. Y en ese panorama, prácticamente de Estado fallido, se sumaba la ausencia de Fausto Vallejo como gobernador.

 El relevo. Lamentable ciclo político de cuatro años para Michoacán el que inició el 15 de febrero de 2012. Tras los primeros catorce meses, Vallejo solicitó licencia.

Lo sustituyó interinamente por seis meses Jesús Reyna (hoy procesado por nexos con la delincuencia organizada). Ahí ya se fue casi la mitad de la administración. Regresó Vallejo en octubre de 2013 por otros ocho meses, de los cuales seis cogobierna con un comisionado impuesto por la Federación.

Ahora se nombró a un gobernador sustituto. En poco tiempo, al final del año, iniciará el proceso electoral que culminará seis meses después con elección de gobernador, en junio de 2015. Así que relativamente pronto, el foco de atención lo recibirán las internas partidistas y las campañas electorales.

La selección del gobernador sustituto —Salvador Jara Guerrero— y los inmediatos cambios realizados en el gabinete muestran, en principio, dos cosas: al optar el Congreso local por amplio consenso por el rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, se privilegió el acuerdo entre partidos para buscar a alguien externo al primer círculo del gobernador saliente y se buscó reforzar la colaboración con el comisionado federal.

hvives@itam.mx

Twitter: @HVivesSegl