La sucesión en el estado más turístico del país

La sucesión en el estado más turístico del país
Por:
  • larazon

Gerardo García

Quién en la política desconoce el tiempo en que vive, lo que vivirá siempre será a destiempo. No comprender las formas, la estructura de pensamiento de quienes toman las decisiones que en su vida repercuten, simplemente es un despropósito. Plantearse que una sucesión gubernamental se consigue en mesas de café, pues un tremendo error.

De nueva cuenta, un error.

en El Balmoral

DIARIO RESPUESTA JULIO 31, 2015

Quién en la política desconoce el tiempo en que vive, lo que vivirá siempre será a destiempo. No comprender las formas, la estructura de pensamiento de quienes toman las decisiones que en su vida repercuten, simplemente es un despropósito. Plantearse que una sucesión gubernamental se consigue en mesas de café, pues un tremendo error.

De nueva cuenta el obús provino del mismo cañón. Un apartado en una columna periodística publicada en un diario capitalino que ha sido desde dónde se ha pretendido taladrar la estrategia política del gobernador Roberto Borge. Uno que pretendía en su contenido advertir de su debilitamiento en el proceso sucesorio. Cosa que no es. Estrategia que busca generar una percepción en los círculos políticos de la capital del país que no es la realidad en esa ntidad, que alberga los principales destinos turísticos de México.

El tiempo político en su partido político lo maneja el gobernador Borge. Supo erigirse, en tanto árbitro, como garante de su proceso sucesorio. Los aspirantes en Quintana Roo –los alcaldes de Solidaridad, Benito Juárez y Othón P. Blanco, Mauricio Góngora, Paul Carrilo y Eduardo Espinoza; el diputado federal y presidente del PRI, Raymundo King, el diputado federal electo, José Luis Toledo y Gabriel Mendicuti, secretario de Gobierno- se comprometieron a la unidad en este proceso. El asunto es que hay quien no quiere jugar por el camino indicado.

Y ello tendrá sus costos.

Hay reuniones constantes entre los aspirantes; ellos mantienen una comunicación fluida y, hasta ahora, sostienen un acuerdo en el que se comprometieron a fomentar la unidad y que, en el momento indicado, todos respaldarán a quien sea el que consideren el candidato a la gubernatura. No hay señales de que alguno de ellos esté deshonrándolo.

Hasta este momento no hay definición alguna. Los que aspiran en efecto están moviendo sus fichas y tratando de mostrar su personal fortaleza. El gobernador Borge, amén de sus responsabilidades cotidianas, observa la actuación de cada uno de ellos y, se sabe, no consentirá que haya mayor golpeteo. Observa, analiza y, con la cercanía que mantiene con la dirigencia nacional de su partido y en la casa presidencial, va encaminando el proceso que no se revelará hasta antes de noviembre.

Los que aspiran, pues, lo tienen claro. Y saben que aquel que rompa el acuerdo, no tendrá posibilidad alguna de ser considerado como el candidato.

No habrá definición con presiones de ninguna naturaleza. No habrá espacio para maniobras de quitarle el control del proceso a quien lo maneja.

Lo demás, es especulación pura con una intención manifiesta.

Y hay alguno, ajeno al proceso, que quiere conseguirla en conciliábulos de café en la Ciudad de México.

Y no. No será por ahí.

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