Las cartas marcadas del Presidente

Las cartas marcadas del Presidente
Por:
  • larazon

Carlos Urdiales

Dos nombramientos y tres metas.

Primera: Con Beltrones garantizar que la maquinaria electoral priista funcione de nueva cuenta y ganar las 12 gubernaturas en disputa para 2016. Al tiempo, consolidar la implementación de las reformas estructurales cuyo brillo no prende. Ni vende prosperidad.

El gobierno reformista necesita asegurar anclar esas reformas, ya que los magros resultados económicos, factores exógenos aparte, lejos de ayudar al proyecto, se convierten en atractivos blancos en virulentos discursos de prometedoras y adelantadas campañas.

Segunda: refundar el partido, modernizar sus estructuras, colocar a una generación de políticos peñistas que garanticen continuidad programática y protección política sin reservas. Si en ello tiene éxito Beltrones, entonces podremos especular sobre su salida del partido para estar libre de ataduras estatutarias para 2018. Hasta entonces podrá jugar, pero en el camino de las campañas ajenas trabajará la propia, imagen y popularidad.

Tercera: con Carolina Monroy del Mazo (esposa de Ernesto Nemer, mexiquense subsecretario de Sedesol) el Presidente mueve ficha en su terruño. Su prima, abogada nacida en Atlacomulco y ex presidenta municipal de Metepec, irá en su propio carril pero al lado de Beltrones, construyendo su candidatura al gobierno del Estado de México para 2017.

Con Carolina Monroy del Mazo (o con Alfredo del Mazo Maza en la reserva) el grupo político del que el hoy Presidente emergió, y al cual tutelará en el futuro, recuperaría para una de las suyas el poder que hace 5 años cedió a los de Ecatepec en aras del pragmatismo que garantizara ganar primero a nivel estatal para que después sirviera como estratégica base electoral y presupuestal durante la campaña federal.

La sucesión de Eruviel Ávila en 2017 está perfilada y en marcha. Con dos nombramientos fuera del gabinete, el Presidente ha modificado transversalmente su sistema de operación política.

Rumbo al tercer informe de gobierno Enrique Peña Nieto procesa cómo darle a la Nación un diagnóstico realista, que se haga cargo de los pendientes y de las promesas incumplidas y que a partir del Presupuesto Base Cero que habrá de entregar al Congreso, el 8 de septiembre, le permita anunciar en la víspera cambios en esa lógica, la de reorientar las tareas y los responsables.

La coyuntura interna, con nuevos diputados, con PAN y PRD absortos en pugnas internas, con el INE dándole luz verde al PVEM para ampliar su catálogo de mañas electorales al servicio y beneficio de su mecenas político, con el calendario que le permitirá decidir qué tan imperdonable fue o no la fuga de El Chapo y con un contexto externo volátil en lo financiero, en la sobreoferta del petróleo que da pretexto a todos los recortes de pronósticos económicos, le dan carta blanca a Peña Nieto para jugar con cartas marcadas. Práctico y enfocado en sus metas intermedias de aquí al 2018.

urdiales@prodigy.net.mx

Twitter: @CarlosUrdiales