Las cuentas (no cuentos) de EPN

Las cuentas (no cuentos) de EPN
Por:
  • larazon

Carlos Urdiales

La revisión de logros y objetivos planteados, alcanzados o pendientes ha comenzado. Las explicaciones sobre contextos económicos y políticos también. Enrique Peña Nieto no puede ignorar la crítica social, el desencanto que existe por el ayuno de beneficios próximos, tangibles, por encima de los inventarios, invisibles pero cumplidos (nos dicen), de la temporada de spots pre y postinforme.

El rechazo al debate, a través de las formalidades extremas tipo Virgilio Andrade, impide conectar el discurso del gobernante con la percepción y la emotividad del gobernado. No se trata de emocionar cual libro de autoayuda, sino de ejercer a cabalidad el liderazgo republicano conferido ante las circunstancias que han minado confianza y esperanza social.

Sin esos intangibles no escritos en el catálogo de responsabilidades constitucionales del Primer Mandatario, México difícilmente romperá los ciclos sexenales de ilusión, confianza y frustración. En esa dinámica la alternancia en el poder es, para fines prácticos, anecdótica y, por tanto, inútil.

Los discursos de moda alertan sobre riesgos populistas con dedicatoria a Andrés Manuel López Obrador, nos permiten pulsar cómo están midiendo los ánimos, los humores sociales; pero además deben servir como estímulo para generar discursos más fuertes y completos de cara al sano disenso, a la pluralidad y, repito, frente a la crítica.

Nos consta que el Presidente Peña Nieto alcanza niveles de popularidad que lo acercan a un “rock star”. Los ciudadanos lo quieren tocar, atesoran la selfie, frenan su paso para saludarlo, lo vitorean cual ídolo. Pero no lo es. Es la frontera entre su popularidad y las cuentas, no cuentos, que entregará.

En la confección del tercer informe de gobierno debe privilegiarse un mensaje político que reconozca los adeudos sociales que, por mil y una razones, de nuevo impiden que sean saldados.

Sí, muchas cosas se han salido del guión sexenal original: que si los precios del petróleo por los suelos son una puñalada, que si China es un dragón incontrolable, que si Estados Unidos contagia sus tristezas financieras pero poco de sus alegrías, que el mercado interno es rehén de la informalidad, que la recaudación fiscal es poca a pesar de las ganas que aprietan a los mismos de siempre, que el crecimiento es inferior a lo que se presumía, o que El Chapo es un genio (delincuente, pero con más imaginación que quienes lo vigilaban), que lo de Elba Esther es tema político, que Tlatlaya, Tanhuato, Ayotzinapa y hasta la Narvarte son cargados sin rigor a su cuenta, lo que aprovechan adversarios y las clases medias, medias informadas, medias cansadas, que las compran sin más.

La cuenta a mitad del sexenio. Escuelas, programas sociales, clínicas, empleos, baja inflación, reformas estructurales y ganas de mover el país se enfrentan a grandes sombras de corrupción y desencanto. Al tiempo, oportunidad de comunicar y motivar.

urdiales@prodigy.net.mx

Twitter: @CarlosUrdiales