Las "Manuelitas" o dejar de hacerse tontos con la paridad de género

Las "Manuelitas" o dejar de hacerse tontos con la paridad de género
Por:
  • horaciov-columnista

Si bien el tema del día son los aniversarios de los terremotos de 1985 y del año pasado, cuestión de lo más sensible, mi colaboración de la semana busca analizar la evolución de un aspecto político actual de gran relevancia: el caso de las lamentablemente célebres Manuelitas.

Esa fatídica combinación del Partido Verde y la política chiapaneca. Las generalizaciones no son buenas y no suelen sostenerse ante las evidencias. Pero cuando se asocia política chiapaneca con el Partido Verde, nos encontramos ante una probabilidad apabullante de que esa combinación dé lugar a engendros esperpénticos. Por citar algunos antecedentes recientes: al separarse la jornada electoral federal de la local en Chiapas en 2015, se posibilitó el fraude con el padrón de los chiapanecos residentes en el extranjero; el entonces organismo electoral estatal admitió la postulación de candidaturas sin atender las disposiciones vigentes en materia de paridad de género, lo cual le valió la destitución completa de su Consejo General; y, recientemente, el sumiso congreso local le permitió a Manuel Velasco convertirse en gobernador sustituto de sí mismo. Ahora, el Partido Verde —en forma predominante, aunque no exclusiva, ya que en mayor o menor medida participaron algunos de sus socios anteriores o actuales (PRI, Nueva Alianza, Mover a Chiapas y Chiapas Unido)— fue señalado por el intento de fraude por el que una cincuentena de mujeres electas para ocupar posiciones en ayuntamientos o en el congreso local por el principio de representación proporcional, fueron coaccionadas para renunciar a sus cargos, de manera que éstos fueran ocupados por hombres. La burda maniobra nos recuerda al penoso caso de las juanitas, detonado allá por el año 2009.

El INE ataja el fraude de las Manuelitas. De forma adecuada y oportuna, al conocerse la coacción sobre las candidatas electas para orillarlas a la renuncia, el INE tomó el toro por los cuernos: de inmediato, las cuatro consejeras electorales del Consejo General, más otro consejero, fueron a Chiapas para respaldar al OPLE, y el INE ejerció adecuadamente la facultad de atracción del caso, emitiendo criterios de interpretación orientados a respetar y preservar el principio constitucional, legal y convencional de paridad de género. El acuerdo aprobado por el INE se resume en que bajo ninguna circunstancia una posición que corresponda a una mujer, podrá ser ocupada por renuncia por un hombre e, inclusive, una posición de representación proporcional podría ser ocupada por una candidata perdedora que haya tenido el mejor desempeño en una elección de mayoría relativa, siempre y cuando sea de la misma circunscripción. De no cumplirse el supuesto, el partido pierde su derecho y la posición se ha de asignar al siguiente partido que haya postulado mujeres.

A ver si así, de una vez por todas, los partidos que suelen violar las reglas, aceptan el marco legal que ellos mismos se dieron y dejan de hacerse tontos con el principio de paridad.