Las misas de Tajamar

Primera: en una pequeña capilla todos los fines de semana hay misa en Tajamar, en tanto se edifica la monumental basílica (mediría 112 metros en su punto más alto) de Santa María del Mar; ello explica el desazón del obispo Pedro Pablo Elizondo ante la orden judicial que suspende provisionalmente cualquier obra en el predio… pero también que el manglar desmontado estaba en muy urbanizada zona colindante a Plaza Las Américas.

Segunda: algunos de los vecinos que protestan por el “ecocidio” del que culpan a Fonatur, a cargo de Héctor Gómez, viven en conjuntos habitacionales aledaños como el Malecón Américas Cancún (depas de 120 metros cuadrados a 3 millones de pesos) en los que seguramente se tuvo que remover vegetación, reubicar fauna local y aplicar un plan de remediación ambiental aceptado por la Semarnat que hoy lleva Rafael Pacchiano. Su queja tal vez se deba a que con nuevos edificios no tendrán vista directa a la laguna Nichupté. A final de cuentas, Cancún no nació de una flor de loto.

Tercera: Fonatur demandó por la vía civil en agosto pasado precisamente a uno de los 22 grupos inversionistas participantes en el proyecto Malecón Tajamar, a Di&Bi de Davide Bizzi, por acelerar las obras de construcción sin contar con los permisos ambientales y sin acreditar las medidas de manejo para la regeneración. En tanto, el organismo donó 117 hectáreas de manglar al municipio encabezado por Paul Carrillo para una reserva natural.

Cuarta: Si alguien conoce el centro ecoturístico Río Secreto en la Riviera Maya, sabrá que el propietario, Francisco Córdova Lira, no escatima medios para el óptimo manejo ambiental de un sistema de cavernas semisumergidas que recibe 80 mil turistas anualmente. Córdova Lira es uno de los inversionistas en Tajamar, e iría contra sus propios intereses dejar el predio como plancha de concreto o lodazal, como intentan hacer creer algunos dizque ambientalistas.

 Hasta el último costal. Esta semana concluye el primer tramo de pagos que Sagarpa, a cargo de José Calzada, comenzó a fines del año pasado para saldar 9 mil 200 millones de pesos adeudados a productores agropecuarios por los programas ASERCA —a cargo de Alejandro Vázquez— y PROGAN. El 31 de diciembre pasado se habían pagado 4 mil millones de pesos en incentivos pendientes para producción y comercialización de maíz, trigo y sorgo, y se espera que sumen 7 mil 200 millones cubiertos al concluir enero… y los otros 2 mil millones en la primera mitad de febrero.

 Que ya se hablan. La nueva —disponible para las carreteras de cuota antes de Semana Santa— es que ya se logró la interoperabilidad entre los sistemas electrónicos TAG, desde el IAVE que Capufe asignó en operación a Telepeaje Electrónico que lleva Arturo Alcántara, el que opera David Peñaloza en las autopistas concesionadas a Pinfra, así como las de OHL y las que opera I+D. El subsecretario Raúl Murrieta anota otro tanto.

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