Las ternas de ministros de la Suprema Corte

Las ternas de ministros de la Suprema Corte
Por:
  • larazon

Mauricio I. Ibarra

La reforma judicial de 1994 modificó el procedimiento para nombrar ministros de la Suprema Corte. Si bien se preservó la facultad presidencial de proponer al Senado los nombres de los abogados que formarían parte del máximo tribunal, se obligó al Presidente a realizarlo mediante la integración de ternas.

Inspirado en la legislación de la UNAM, que establece la atribución de su Junta de Gobierno para designar directores de facultades a partir de ternas elaboradas por el Rector, el procedimiento presenta un inconveniente: por cada ministro nombrado por los senadores, hay dos juristas perdedores. Si en la academia no obtener la dirección de una facultad carece de consecuencias laborales, el método presenta inconvenientes tratándose del reemplazo de ministros.

En enero de 1995 los primeros ministros de la Corte fueron nombrados por periodos de duración de entre ocho y 20 años. A partir de entonces han tenido lugar 10 relevos: siete de ellos previsibles (derivados de la conclusión del nombramiento) y tres inesperados (al ser resultado de la muerte de los ministros). Los primeros dos relevos tuvieron lugar en 2003 al finalizar los periodos de Vicente Aguinaco y Juventino Castro. Los ministros que tomaron sus lugares (J.R. Cossío y Margarita Luna) fueron escogidos de dos ternas en las que los demás integrantes no se convirtieron en ministros. La muerte en 2004 del ministro Humberto Román permitió el nombramiento de un nuevo ministro (Sergio Valls), sin que los otros integrantes de la terna fueran considerados posteriormente como ministros. El relevo en 2006 del ministro Juan Díaz recayó en Fernando Franco, sin que los otros participantes se convirtieran en ministros. El reemplazo de Mariano Azuela y Genaro Góngora, tres años después, recayó en Luis María Aguilar y Arturo Zaldívar. La muerte en 2011 del ministro Gudiño permitió que uno de los integrantes de las ternas de 2009, Jorge Pardo, se convirtiera en ministro. Al término del periodo de los ministros Guillermo Ortiz y Salvador Aguirre, en 2012, fueron nombrados Alfredo Gutiérrez y Alberto Pérez, este último integrante de la terna del año anterior. La muerte del ministro Valls en 2015 dio lugar a la integración de la terna en la que fue designado hace unas semanas Eduardo Medina Mora. Será necesario esperar a la conclusión del periodo de los ministros Sánchez Cordero y Silva a fines del año para formular afirmaciones sobre la suerte de los integrantes de la terna más reciente.

Al establecer el reemplazo de los ministros de la Corte mediante ternas, quienes no obtuvieron el voto mayoritario de los senadores enfrentan un veto virtual para ser parte en el futuro del máximo tribunal. Los casos de Jorge Pardo y Alberto Pérez son la excepción que confirma la regla. Esta situación daña innecesariamente las trayectorias profesionales de los juristas interesados en ser ministros. Esto puede evitarse volviendo al método previo a 1994: la propuesta presidencial debe constar de un individuo, a quien el Senado aceptará o rechazará con base en sus méritos.

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