Libertad para Oscar López Rivera

Libertad para Oscar López Rivera
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  • rafaelr-columnista

Oscar López Rivera, el guerrillero independentista puertorriqueño que acaba de indultar el presidente Barack Obama, era reconocido por organismos internacionales como el prisionero político más antiguo del mundo. Llevaba encarcelado 35 años, de una sentencia por delito de sedición en 1981, originalmente, de 55 años, a la que se agregaron luego otros 15 en 1988, cuando intentó una fuga violenta con sus compañeros de prisión.

Antes de López Rivera, los presidios políticos más duraderos fueron el de Nelson Mandela, entre 1962 y 1990, y el del cubano Mario Chanes de Armas, asaltante al cuartel Moncada y expedicionario del yate Granma, encerrado por Fidel Castro de 1960 a 1991. Tres presidios prolongados, bajo tres regímenes políticos distintos, el apartheid sudafricano, el comunismo cubano y la democracia norteamericana, que nos recuerdan, una vez más, lo frágil que ha sido la libertad en la larga Guerra Fría.

López Rivera es un veterano de la Guerra de Viet Nam que se afilió a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Puerto Rico (FALN), creadas por Filiberto Ojeda Ríos, figura central del Ejército Popular Boricua, más conocido como los “Macheteros”, ejecutado por el FBI en 2005 en Hormigueros, pueblo al oeste de la isla. Según las biografías a la mano, López Rivera, que residía en Chicago, no formó parte del grupo cercano de Ojeda Ríos, pero compartió con éste la mixtura de nacionalismo revolucionario y marxismo leninismo que produjo la Revolución cubana en los 60.

El primer intento de indulto de López Rivera provino del presidente Bill Clinton en 1999. Aquella amnistía, que favoreció a 12 independentistas puertorriqueños, se debió a que una comisión especial del Gobierno y el Partido Demócrata concluyó que la pena contra López Rivera era desproporcionada, sobre todo, después de la caída del Muro de Berlín. En ese momento, el político rechazó el indulto porque varios de sus compañeros no fueron incluidos. Ahora lo ha aceptado.

Desde la primera administración de Barack Obama, la campaña internacional en favor de la liberación del independentista se ha multiplicado. Políticos de los dos partidos hegemónicos en Puerto Rico, como David Bernier, Presidente del Partido Popular Democrático –el viejo partido autonomista de Luis Muñoz Marín, partidario del Estado Libre Asociado-, y el actual gobernador de la isla, Ricardo Antonio Roselló, del Partido Nuevo Progresista, defensor de la estadidad o anexión, han demandado la libertad de López Rivera.

En una entrevista con el periódico El Nuevo Día, que el viejo revolucionario puertorriqueño concedió en diciembre de 2016, declaró que no renegaba de sus ideas independentistas pero que tampoco “practicaba ni abogaba por la violencia”. La resistencia civil contra las guerras del gobierno de George W. Bush y contra la presencia militar en la isla de Vieques, que logró el retiro de la Marina en 2003, convenció a López Rivera de que la lucha democrática era posible en Puerto Rico.

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