Los hombres del Presidente

Carlos Urdiales

Desde la campaña, la transición y el arranque del sexenio, hubo nitidez en la estructura del equipo presidencial. Dos pilares sobre los cuales opera Enrique Peña Nieto: Miguel Osorio Chong y Luis Videgaray. Uno en política, seguridad y enlace legislativo. El otro en economía, finanzas y el diseño de las reformas estructurales.

Uno fue gobernador de Hidalgo y ayudó a construir una candidatura por encima de lo mediático. Impusieron algo más que una buena imagen ante la sagacidad y olfato político de personajes como Manlio Fabio Beltrones, entre otros. Osorio Chong obtuvo una Secretaría de Gobernación vitaminada.

Tantos asuntos bajo su responsabilidad y coordinación que se especuló sobre su supervivencia política.

El otro hombre del Presidente llegó desde las oficinas de Pedro Aspe, quien recomendó al director de su consultora Protego, para ayudar al entonces gobernador mexiquense con las maltrechas finanzas del estado, que heredó junto con la silla en Palacio de Gobierno, de Arturo Montiel. Videgaray cumplió y atrapó la confianza del Presidente como el cerebro capaz de imaginar, construir y resolver. Ganó una Secretaría de Hacienda con amplio radio de acción.

Las reformas estructurales logradas el año pasado tienen dos vertientes, una es el diseño, contenido, alcance y resultados de las modificaciones legales y otra, la operación y negociación político-legislativa necesarias para su aprobación. Ambas complejas y demandantes.

Hoy subsiste la polémica sobre si las reformas contienen lo que prometieron o traen vicios ocultos que las distorsionen. Respecto a la concertación política a través de la cual se reformó la Constitución, hay poco regateo; se aprobaron cambios que por años se atoraron en telecomunicaciones, energía e hidrocarburos, fianzas, economía y competencia.

El timón de la economía es Videgaray. Su boleta de calificaciones es pobre en resultados, pero rica en promesas. La coordinación política-legislativa y de seguridad la lleva Osorio Chong, el tema Michoacán, una PGR sobria y con mejor coordinación, capturas y abatimientos permiten imaginar mejoras y avances.

Hoy la opción ciudadana es creer en las promesas de Hacienda, en la condescendencia de Agustín Carstens augurando un mejor semestre, en Ildefonso Guajardo que por fin sale a quemarse al sol y habla de indicios de recuperación en puerta, de los analistas que brotan para afirmar que el recortado 2.7% como pronóstico de crecimiento del PIB este año, es altamente posible.

Estamos a días de ser abducidos un mes por el futbol y luego, quizás por el repunte retroactivo de la economía; la mitad de 2015 seremos rehenes de criterios político-electorales.

Al Presidente y al PRI les espera el examen de las urnas. Habrá una opinión ciudadana que califique y ponga tache o palomita a las promesas postergadas como en viejos tiempos. Los resultados de Osorio y Videgaray serán los del Presidente. Son sus hombres.

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Twitter: @CarlosUrdiales