Los nuevos partidos

Los nuevos partidos
Por:
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Horacio Vives Segl

Como ha sido ampliamente difundido, el INE resolvió otorgar la semana pasada el registro como partidos políticos nacionales a tres organizaciones, para que estén en condiciones de competir en las próximas elecciones federales, que se celebrarán en junio de 2015. Si bien la autoridad electoral les señaló algunas observaciones, todo parece indicar que éstas serán sorteadas y que a partir del 1 de agosto de 2014 el sistema mexicano de partidos se integrará por diez opciones. Algunos comentarios al respecto.

 Evolución. Tras las elecciones de 1988, México aceleró su transición a la democracia con la construcción de un sistema de tres partidos políticos. Fue el paso de un bastón de mando a un tripié estabilizador: PRI, PAN y PRD han sido las tres fuerzas políticas que han compartido desde entonces el poder. Esos tres partidos, en los últimos 25 años, han tenido importantes bloques legislativos en las cámaras del Congreso de la Unión y en los Congresos locales, conquistado (y perdido y reconquistado) gubernaturas, y gobernado en las capitales estatales y los municipios más grandes del país. Dos de ellos han ocupado la Presidencia de la República. Son los llamados “partidos grandes”, con ambiciones de triunfo en las contiendas presidenciales. Pero no han sido los únicos jugadores en el tablero electoral. Están también los que, gracias a su participación en al menos tres elecciones federales, o que han ido en alianzas con algún partido “grande”, han permanecido en el sistema, o bien los que han participado en una o dos elecciones, y que por un mal desempeño electoral han perdido su registro. Llegó el momento de abrir de nueva cuenta espacios para otras opciones.

 Número “adecuado”. ¿Cuántos partidos deberíamos tener? ¿Los siete actuales son suficientes? Preguntas difíciles. Los politólogos utilizan diversos índices para medir el número efectivo de partidos, según su desempeño. Por ejemplo, si se consideran los resultados de 2012 y se utiliza el índice Golosov, habría 3.52 partidos; según el índice Laakso-Taagepera serían 5.32. Digamos que más bien es el electorado el que define si acaso hay un número ideal (si bien los partidos dentro del sistema, que son los que hacen la ley, han sido los encargados de hacer cada vez más difíciles las barreras de entrada y permanencia para nuevas alternativas). Sin embargo, es curioso que en un entorno como el actual, en el que los partidos políticos no gozan de buena reputación, se sigan constituyendo nuevos, donde liderazgos políticos lograron el apoyo ciudadano requerido. Habrá quien diga que, a pesar de tener diez partidos a partir de agosto, la existencia de algunos de ellos no se justifica, que es un número excesivo, que no son necesarios más partidos. Personalmente, creo que los sistemas compactos, y no los atomizados, ayudan de mejor manera a que los electores puedan elaborar un mejor juicio sobre su identidad y actuación electoral. Lo que seguramente sí está en la mente de los ciudadanos es que con sus contribuciones pagan buena parte del sostenimiento del sistema de partidos. Aunque, hay que señalarlo, los 36.4 millones de pesos que recibirá cada uno de los tres nuevos partidos como financiamiento público en lo que resta del año, no implican un incremento en un solo centavo a lo proyectado en 2014 como parte del financiamiento público de los partidos. Esto es: esos más de 105 millones de pesos se les restan a los siete partidos que hoy tienen registro, para dárselos a los nuevos.

En suma, parece adecuado que exista la posibilidad de que nuevas organizaciones puedan “oxigenar” el sistema de partidos. Ahora bien, dado que los nuevos partidos no podrán ir en coalición en las elecciones de 2015, ya se verá si la puerta que ahora se les abre será de entrada, para permanecer algún tiempo en el “club de los partidos”, o nada más una puerta giratoria, que los expulsará pronto nuevamente del sistema, por no alcanzar el apoyo electoral mínimo requerido (ahora de 3%).

hvives@itam.mx

Twitter: @HVivesSegl