Lula 1-Peña 1 y México pierde

Lula 1-Peña 1 y México pierde
Por:
  • larazon

Carlos Urdiales

Que Luiz Inácio, Lula, da Silva, presidente de Brasil de 2003 a 2011, no cobró por venir a México el 19 de abril del año pasado. Rosario Robles lo invitó, lo presumió y le presumió el programa Sin Hambre en Navenchauc, Chiapas.

Asumamos que el líder obrero brasileño vino a México de buena onda, por empatía con la líder sindical de izquierda convertida en funcionaria federal.

Lula presumió sus logros y le dijo a Enrique Peña Nieto: “Hay solamente una razón por la cual queremos gobernar. En Brasil yo lo hice y estoy seguro de que usted lo hará aquí. Este país tiene todo lo que el pueblo necesita. Así que ahora, Presidente, lo tienen a usted. No les falte”. Puro jogo bonito.

Brasil es lo de hoy, inició el mundial de futbol. También porque en octubre habrá elección presidencial y la sucesora y ahijada política de Lula, Dilma Rousseff, se despeña en las encuestas en medio de la contracción económica, los altos costos del evento (tres veces más de lo presupuestado), la inseguridad y las protestas sociales.

Cuando jugábamos parejos, Lula nos clava un golazo desde muy lejos, en un foro organizado por Grupo Prisa, en Porto Alegre. Que México tiene números nada comparables con los de Brasil en materias económica y social. Que México no es la nueva nación en ascenso. Que vino a enterarse de los fundamentos económicos mexicanos y todo es peor que allá. Lo que hacemos mejor, ellos ya lo hicieron con Petrobras hace 20 años.

Del capitán Peña Nieto a Luis, el-hombre-del-futuro, Videgaray, pasando por Rosario, no-te-preocupes, Robles, el equipo mexicano, que tanto quiere a los brasileños, se queda parado. Ni el portero, José Antonio, sí-se-puede, Meade, alcanzaba ese obús.

El-hombre-del-futuro Videgaray se calienta y sin perder clase mete duro la pierna: Nuestras finanzas son mejores, México tiene indicadores financieros mucho más robustos en aspectos como la inflación y las tasas de interés.

Además, nuestros papás son bomberos y tienen mangueras bien largas.

Se empata el marcador; la emoción crece; se calienta el ambiente rumbo al 17 de junio, cuando nos volvamos a encontrar, allá en su casa.

Los nuestros regresan de Europa, con bendiciones y agua bendita para la economía, la seguridad y las reformas. Dicen que comprenden lo presionados que andan allá y dejan un elegante “que gane el mejor”.

Con el empate casi amarrado, llega el Banco Mundial cual árbitro desalmado y nos marca un penal que enmudece el estadio. Reduce la perspectiva de crecimiento económico de México para 2014, al pasar de 3.4 al 2.3 por ciento.

Y el-hombre-del-futuro Videgaray, pronosticando tasas de crecimiento del 5 por ciento. ¡Chin! No resta más que reconocer el esfuerzo de los nuestros, su actitud, jugando sin complejos y ni hablar, esto es de resultados, de goles y ahora (otra vez) no los metimos. A lo que sigue.

urdiales@prodigy.net.mx

Twitter: @CarlosUrdiales