Mayor confianza del consumidor, mayor compromiso

Mayor confianza del consumidor, mayor compromiso
Por:
  • arturov-columnista

Grata sorpresa generó la publicación del indicador de la confianza del consumidor en México. Los resultados del índice, además de positivos, mandan una clara señal de optimismo que, para mantenerla, implica un fuerte compromiso para las administraciones actual y futura.

El denominado Índice de la Confianza del Consumidor (ICC), elaborado conjuntamente por el Inegi y el Banco de México, constituye un indicador elaborado a partir de la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor, que cuenta con una cobertura a nivel nacional (se levanta en 32 ciudades del país), y fundamentalmente pretende capturar el sentimiento de los consumidores mexicanos respecto a la situación económica presente y futura de las familias y de la economía nacional.

El ICC se compone de cinco subíndices, de los cuales casi todos durante julio dieron un salto considerable, sorpresivo y positivo, que se tradujo en repunte de la confianza de los consumidores mexicanos de casi 15% respecto al nivel que se tenía en junio. Pocas veces vemos un cambio tan drástico en este indicador. La última vez que vimos un cambio de esta magnitud, pero en sentido contrario, fue cuando la confianza del consumidor se desplomó -26% en enero del 2017 por efecto del descontento popular que generó el “gasolinazo”.

La historia ahora es distinta, el optimismo de los consumidores se ha incrementado sustancialmente y, conforme a la estructura de los subíndices del ICC, podemos agrupar esta mejoría en dos grandes bloques. El primero se refiere al cambio en el sentimiento de la situación actual de los miembros del hogar y del país respecto al que prevalecía hace un año. En ambos casos y respecto al índice de junio, los consumidores mostraron avances de 5% y 11.4% respectivamente. Incluso, ahora los consumidores ven mayores posibilidades de compra de bienes duraderos de las que tenían hace un año con un incremento de 13% en subíndice respectivo.

El segundo bloque, y el que más progreso observó respecto a los índices de junio, se refiere a las perspectivas de los consumidores. En efecto, la perspectiva para los próximos doce meses de los consumidores respecto a la situación económica de los miembros del hogar ha mejorado en 11.3%. Destaca el subíndice de la perspectiva para los próximos doce meses de la situación económica del país, que mejoró 32%, crecimiento excepcional que posiblemente estuvo influenciado por las condiciones de tranquilidad en las que se llevó acabo la elección presidencial y su resultado.

Cabe en este sentido una doble lectura del indicador de la confianza del consumidor. En primer término, los mexicanos sienten que su situación económica actual ha mejorado, ello tiene que ver, entre otros factores, con el éxito de la estabilización de la inflación que ha promovido una recuperación de los salarios reales -después de la pérdida sufrida el año pasado-, y con la continuada generación de empleos formales.

En segundo término, las perspectivas económicas de los consumidores han mejorado. Si la mayoría de los mexicanos ha decidido un cambio de timón en el quehacer de la política económica, es de esperar que anticipen mejores condiciones económicas para la familia y del país.

Sostener el optimismo de los consumidores implica un compromiso muy fuerte tanto para la presente administración como para la futura. Principalmente, a corto plazo, no bajar la guardia frente a la inflación –que parece empezar a desviarse de los cauces esperados por la autoridad monetaria- es un imperativo, el peor enemigo de los salarios es la inflación. A largo plazo, un ambiente propicio para mayores inversión, empleo y productividad son vitales para impulsar un ritmo de crecimiento económico mayor.