México, el arte de socavar un triunfo

México, el arte de socavar un triunfo
Por:
  • larazon

Salvador Camarena

Una analogía futbolera ayuda a describir lo que ha pasado con la detención del narcotraficante que simbolizaba como ninguno otro la debilidad del Estado mexicano: la escuadra que durante dos sexenios perdió ante un cártel, con un impecable gol se apuntó una valiosísima victoria. Increíblemente, la euforia duró muy poco y al correr los días los entrenadores del equipo triunfante antes que ser felicitados por todo mundo se la han pasado justificando su mérito.

Ha sido el propio gobierno el que se puso desde el principio en esa situación. Quién sabe si por mostrar apego al debido proceso, por nacionalismo, o por intentar forzar una narrativa mediática —o por las tres cosas—, pero el hecho es que desde el primer momento el gabinete de Enrique Peña Nieto no supo explicar puntualmente la participación de Estados Unidos en la detención del líder del Cártel de Sinaloa. Y con una narrativa inconsistente dio pie a toda clase de especulaciones.

Cierto que para construir la historia pública de la detención, los colaboradores de EPN tenían de saque el reto de encuadrar el papel de Washington en el hecho, realidad obvia desde que la noticia de la detención surgió del otro lado de la frontera. Pero el primer mensaje oficial (fuera de los tuits del Presidente) dio espacio para concluir que hubo una importante participación de EU. Estas son las palabras del procurador Jesús Murillo Karam en el hangar de la Marina:

“Esta coordinación que, repito, fue de todas las agencias mexicanas de seguridad, tuvo también colaboración de la información que se nos dio de los movimientos que en el territorio norteamericano se daban y con una colaboración muy plena también con algunas agencias de los Estados Unidos”.

¿Por qué el gobierno mexicano habló ese sábado de “una colaboración muy plena” para luego dedicarse a dar entrevistas que minimizaban el papel jugado por Estados Unidos? Y sobre todo por qué no optó por contar una historia que expusiera la participación concreta de los estadounidenses.

Esta captura no habría sido posible sin la colaboración de EU, pero eso no disminuye en nada el logro del actual gobierno. Basta decir que a diferencia de Fox y de Calderón, Peña Nieto sí pudo hacer con los mismos insumos —la colaboración americana— lo que ni remotamente los panistas lograron. El mérito de Peña Nieto, pues, estuvo y está fuera de discusión.

El saldo más lamentable de este enredo mediático ha sido que a partir de esa fisura, por la que se coló la duda sobre qué sí pasó y qué no pasó en Mazatlán, el gobierno quedó a la defensiva; el triunfador se volvió a tal grado blanco de cuestionamientos que se vio forzado a inundar los medios de comunicación de datos que probaran que su gol era legítimo, y que el detenido sí es el criminal fugado en Jalisco en 2001. Al final todo giró en torno del criminal y no del operativo. Todos perdemos cuando los medios se enfocan más en un criminal derrotado, y no en el muy oportuno y destacable triunfo del Estado mexicano.

¿Qué tanto de eso fue propiciado por el mismo gobierno? Creo que salió muy caro no aclarar desde el inicio en qué consistió la ayuda americana.

salvador.camarena@razon.mx

Twitter: @salcamarena