México y sus indígenas se necesitan

México y sus indígenas se necesitan
Por:
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Eugenio Lira Rugarcía

“¡México necesita a sus indígenas y los indígenas necesitan a México!”, afirmaba Juan Pablo II. Y decía: “Es necesario apoyar hoy a los indígenas en sus legítimas aspiraciones, respetando y defendiendo los auténticos valores de cada grupo étnico”.

Esta exhortación se hace actual al celebrarse, el 9 de agosto, el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, con el tema: “Garantizar la salud y el bienestar de los pueblos indígenas”. Los pueblos originarios habitan cerca del 20% del planeta, principalmente en áreas donde han vivido por milenios, y son los más importantes guardianes de la tierra. En nuestra nación, más de 15 millones de mexicanos son indígenas, con identidades muy sólidas, sociales, culturales, lingüísticas y económicas, y una valiosa sabiduría ancestral, de la cual, “la sociedad tiene que aprender”, como afirmaba Juan Pablo II al canonizar al indio Juan Diego.

No obstante los avances, muchos pueblos indígenas siguen padeciendo pobreza y rezago. De ahí que la ONU llame la atención ante un reto fundamental: su acceso a los servicios de la salud. Es cierto que esto se dificulta a causa de la distancia, la dispersión poblacional, etc. Pero si valoramos a nuestros indígenas, superaremos esos obstáculos con creatividad y constancia.

Así supieron hacerlo grandes hombres que, en los momentos más difíciles y crueles de la conquista y la colonia, se enfrentaron con valentía a retos geográficos, lingüísticos y culturales, y a los intereses económicos de colonos, y que con creatividad contribuyeron al nacimiento de una rica cultura, fruto del encuentro de la fe cristiana con etnias originarias, a las que defendieron y promovieron.

Tal es el caso de Fray Antonio de Montesinos, de Fray Julián Garcés, Obispo de Tlaxcala-Puebla, de Fray Bartolomé de las Casas y de Fray Francisco de Vitoria, quienes, afirmando la igualdad natural de todos los hombres y pueblos, hicieron tal defensa de los indígenas que favorecieron la aparición de las Leyes de Burgos, las Leyes Nuevas y las Ordenanzas Generales sobre las Indias, que, según Hoffner, dispusieron para los naturales de América, medidas de protección que, en Occidente, no llegaron a implantarse hasta el siglo XIX.

En el terreno educativo, los franciscanos establecieron para los indígenas el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, donde Sahagún y Olmos contribuyeron a la recuperación de la cultura nativa. Vasco de Quiroga edificó pueblos-hospitales, y en Pátzcuaro creó el colegio de niñas y fomentó las artesanías y la agricultura. El Obispo-Virrey Juan de Palafox, además de construir hospitales y escuelas, escribió en su defensa “Virtudes del indio”. Fray Junípero Serra, en Sierra Gorda y en California, los educó en las ciencias, las artes y la agricultura.

Ahora nos toca a nosotros superar las dificultades y ayudar a los pueblos indígenas a alcanzar una vida digna; y a ellos corresponde, apreciando su identidad y conservándola, tener presente que las auténticas culturas no están cerradas en sí mismas ni petrificadas en un determinado punto de la historia, sino que están abiertas y en búsqueda del encuentro con otras culturas, para alcanzar un auténtico progreso y compartir a los demás sus grandes valores.

*Obispo auxiliar de Puebla y secretario general de la CEM

Twitter: @MonsLira