Michoacán está en guerra

Michoacán está en guerra
Por:
  • larazon

Elisa Alanís.

¿Qué está esperando el Senado de la República para declarar la desaparición de poderes en el estado de Michoacán?

El artículo 76, fracción 5, constitucional indica que uno de los supuestos para que se tomen estas medidas excepcionales es el quebranto de los principios del régimen federal. Éste es el orden donde los niveles de gobierno tienen asignadas competencias distintas para cumplir con sus funciones.

Y hasta donde los acontecimientos van, el gobierno estatal no ha podido garantizar la seguridad de los michoacanos.

Y eso no tiene nada que ver con justificaciones legalistas sobre a quién le toca investigar qué tipo de delitos. El punto es lograr que éstos no se cometan.

Anoche Leonel Godoy dijo que las acciones del crimen organizado corresponden jurídicamente al gobierno federal y por ello él, en su momento (como todos los gobernadores), no tiene responsabilidad en esa área. Con la misma facilidad se deslindó de las acciones de su medio hermano prófugo de la justicia y de haber tenido cualquier contacto con los líderes de la droga. Es el discurso del ex mandatario de una entidad que se cae a pedazos.

En Michoacán no sólo no han podido evitar, a través de la generación de oportunidades y prevención del delito (claramente competencias del orden local), que los jóvenes se integren a las filas del narcotráfico y que cárteles crezcan, sino también que 45 comunidades en 19 municipios se hayan organizado y armado hasta los dientes para protegerse y atacar a los criminales.

¿Qué están esperando los senadores?

Siempre se puede estar peor.

El sábado pasado un hombre dio el pitazo a José Manuel Mireles, presidente del consejo ciudadano de autodefensa de Tepalcatepec, sobre la emboscada que lo esperaba.

“Eso nos salvó la vida”, me dijo. “Hoy no estaría platicándole esto... Yo iba con un camarógrafo y con Cecilia Reynoso, la reportera de Denisse Maerker.”

Mireles me comentó que contó por lo menos nueve cadáveres de Los Templarios.

 Regresarán a vengarse, le dije.

 Sí, generalmente atacan a las 4:45 am, aquí los estaremos esperando.

En Michoacán están en guerra.

¿Se puede esperar algo más terrible que salvar la vida por un pitazo? ¿Vivir intimidado o pagando cuotas? ¿Hacer una huelga de hambre, como el alcalde de Santa Ana Maya, Ygnacio López Mendoza, denunciar amenazas, regresar a casa y ser asesinado? ¿Ver cuerpos colgados y torturados con mensajes dirigidos a quienes apoyen a las autodefensas?

¿Algo más preocupante que un gobierno local rebasado? ¿Un secretario de gobierno de Michoacán, Jesús Reyna, cuestionado por sus encuentros en 2011 con representantes de Los Caballeros Templarios y hasta hoy sin haber emitido desmentido alguno? ¿Un “Pacto por Michoacán” con el gobierno federal que ha llegado muy tarde y ha abandonado a hombres, mujeres y niños a merced de narcotraficantes, secuestradores y asesinos?

Michoacán se compone de regiones enteras donde el crimen manda. Es un todo donde las partes han sido invadidas. Un Estado fallido, pues. Ciudadanos esperando la siguiente matanza.

elisa.alanis@3.80.3.65

Twitter: @elisaalanis