Miguel Herrera

Miguel Herrera
Por:
  • larazon

Javier Solórzano Zinser

Los aficionados han hecho suyo al Tri y han hecho de Miguel Herrera su personaje y referente. El afamado Piojo ha terminado por ser uno de los nuestros. A lo largo de muchos años la Selección ha tenido entrenadores que han ido de la sencillez a la pose y al terreno de los inalcanzables, pero quizá nunca había pasado por ahí un personaje tan singular como Miguel Herrera.

Nadie había sido tan explosivo, emotivo y motivador, y nadie había hecho movimientos tácticos de alto riesgo sobre la marcha que hayan cambiado el rumbo de un partido, como pasó contra Croacia. Meter al Chicharito por Giovanni fue una apuesta alta y de riesgo. Colocar como titular a Guillermo Ochoa en lugar del solvente Jesús Corona parecía una audacia, al final todo salió y a esas alturas quien dude que le pregunte a Brasil. Herrera es como es, con el cargo de entrenador nacional o sin el, se le aplica aquello de que sigue siendo el mismo.

A lo largo de muchos años se ha buscado hasta con lupa al entrenador del Tri. Miguel Herrera contra todos los pronósticos ha resultado que siendo el menos esperado se ha convertido en el más querido de los aficionados y hasta de los punzantes medios de comunicación; no hay quien no se le rinda.

Miguel es ya un personaje del mundo porque no se inhibe y porque dice con claridad lo que piensa y no limita sus expresiones en el marco de uno de los eventos más atendidos en el mundo, en donde los medios todo lo ven. Destaca en un entorno lleno de técnicos que actúan como tótems y sábelotodo. Herrera igual brinca y reclama en un partido en una plaza difícil como es CU, en donde lo tienen en la mira, hasta en Brasil, donde igual se le enfrenta al árbitro, que festeja un gol sin importarle si cae por ello al pasto. En el gol de Guardado recibió una especie de abrazo del oso de Paul Aguilar: “Es que me agarró mal parado, pero a Ochoa sí lo vi venir y aguanté paradito”, nos dice muerto de la risa.

Herrera habla con quien se lo pide. A diferencia de otros técnicos que tenían que pedir permiso a la FMF y a los del duopolio, el Piojo hace lo que quiere a la hora que quiere.

Hace algunas semanas Alberto Guerra, un histórico de las Chivas, presentó un libro atendible que reúne pasajes de su intensa vida. Estábamos en la mesa Alberto, Ely, su hija, y Miguel Herrera. Cuando el Piojo tomó el micrófono habló con tal emotividad que Alberto, con fama de duro, no pudo detener las lágrimas. El Piojo a lo largo de 10 minutos le agradeció a Alberto, hizo lo que se escatima: agradecer y reconocer.

Vaya a saber qué pase el domingo, lo que sea tiene al aficionado con fe, gusto por el juego y pasión. Se dice que los jugadores hacen el 80% y que el resto tiene que ver con el técnico; Miguel Herrera tiene mucho que ver con la reconciliación, con tintes de idilio, con el equipo de todas y todos.

 RESQUICOS… Así nos lo dijeron ayer.

* El Piojo está hecho en México: Alejandro Encinas, senador del PRD.

solorzano52mx@yahoo.com.mx

Twitter: @JavierSolorzano