Mikel Arriola y sus ocurrencias electoreras

Mikel Arriola y sus ocurrencias electoreras
Por:
  • monica-garza

Fue hace unos tres años cuando conocí personalmente a Mikel Arriola. Él era, aún, el titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Fue un encuentro más personal. Coincidimos en casa de un amigo muy querido que hasta hoy tenemos en común. “Te va a encantar conocerlo”, recuerdo que me dijo mi conocido cuando me hizo la invitación.

Lo cierto es que así fue. Me encontré con un hombre inteligente, contemporáneo, comprometido con su trabajo, enamorado de su mujer y lleno de anécdotas divertidas con las que adiviné su gran calidad humana.

Por eso —a mí, como a tantos— me tomó por sorpresa su discurso de cierre de precampaña al Gobierno de la Ciudad de México, medieval, ultraconservador y discriminatorio. Todo mal.

“Mikel Arriola está en contra de la adopción entre parejas del mismo sexo”, dijo fuerte y claro el precandidato, quien también señaló que someterá a consulta temas como el aborto, el uso de la mariguana recreativa y el matrimonio igualitario.

Si tal discurso lo diseñó en el ánimo de arrebatarle a la coalición Por la Ciudad de México al Frente (PAN,PRD y MC) el voto de los conservadores, malo. Si en realidad Arriola siempre ha pensado de esa forma y vendía otra imagen, peor.

Siendo un hombre de leyes, el candidato del PRI al Gobierno de la Ciudad de México sabe muy bien que en términos de democracia los derechos de unos no deben atropellar los derechos de otros y eso no se somete a “consulta”.

La interrupción legal del embarazo se encuentra en el artículo 11 de la Constitución capitalina y expresamente señala: “Toda persona tiene derecho a la autodeterminación y al libre desarrollo de su personalidad”.

Arriola que fue director general del IMSS seguramente recuerda que en la última década alrededor de 174 mil 113 mujeres interrumpieron su embarazo en alguno de los 13 hospitales y centros de salud pública, según datos de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México.

[caption id="attachment_702118" align="alignnone" width="696"] MIEMBROS de la comunidad lésbico gay en una macha en reforma, en junio de 2017.[/caption]

Desde 2009 a la fecha en la capital mexicana se han concretado 9 mil 681 matrimonios igualitarios y a través de la Consejería Jurídica se le ha dado a esta comunidad la posibilidad de realizar el trámite de cambio de identidad de género, con el objetivo de seguir garantizando sus derechos, lo que también está reconocido en el artículo 11 de la Constitución Política de la Ciudad de México.

Al oponerse a las adopciones por parte de parejas del mismo sexo, además de mostrarse profundamente discriminador, el “as del jai alai” se está oponiendo también a que cientos de menores tengan la oportunidad de integrarse a una familia.

Según el Fondo de las Naciones Unidas, México ocupa el segundo lugar en América Latina en cantidad de niños huérfanos con 1.6 millones de casos. El último estudio del DIF en la materia, actualizado hasta 2012, advierte que más de 30 mil niños y adolescentes viven en albergues u orfanatos públicos. De acuerdo a la Dirección de Estadística del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX, de 2012 hasta enero de 2017, de un total de mil 247 solicitudes de adopción que se hicieron en la capital, sólo 440 fueron concedidas; es decir, sólo el 35% de esos niños y adolescentes consiguió un hogar.

Las familias LGBTTTI que desean adoptar podrían hacer la diferencia en estas cifras y además la ley se los permite.

El candidato Mikel Arriola no debería olvidar que en 2010, en la Ciudad de México, entró en vigor la reforma que permitió el matrimonio igualitario, luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación la revisara porque la PGR presentó en su momento una acción de inconstitucionalidad argumentando, entre otras, que se violaban los derechos de los menores adoptados al no tener una familia con padre y madre.

En ese momento la UNAM realizó para el caso cuatro estudios científicos que concluyeron:

“No existen razones objetivas, ni científicamente fundadas, para conjeturar riesgos para los menores criados y/o adoptados por parejas homosexuales. (...) En comparación general con las parejas heterosexuales, no hay diferencias significativas en los efectos psicosociales para los niños (as)”.

Entonces 9 de 11 ministros respaldaron la constitucionalidad de que parejas del mismo sexo tengan derecho a casarse y a adoptar en la Ciudad de México. Hoy es un derecho constitucional. Y Mikel Arriola —como hombre de leyes que es— sabe que eso no se puede echar abajo cualquier tarde de ocurrencias electoreras.