Mojito con sabor americano

Mojito con sabor americano
Por:
  • Carolina Lopez

Mientras usted lee estas líneas el presidente número 44 de EU está en Cuba, probablemente recorriendo el Paseo del Prado hacia alguna de sus reuniones. Llegó junto con su familia el domingo, y hoy será su primer encuentro en la Isla con el General de Ejército y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro Ruz.

Obama es el primer presidente norteamericano en visitar Cuba en 88 años. Es un viaje histórico y un paso más en la construcción de una pieza maestra de política, la cual, de rendir frutos, no será gracias al azar o la improvisación.

En política no hay casualidades, lo saben Raúl y Fidel Castro, lo sabe Obama y también el presidente venezolano, Nicolás Maduro Moros, quien estuvo en La Habana el viernes de la semana pasada para, no casualmente, recibir la Orden José Martí de parte del gobierno cubano. El Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, no perdió la oportunidad para editorializar: "Recibir esta medalla es un compromiso de lealtad". Claramente Maduro está preocupado de que en la Habana se estén olvidando de combatir al “imperialismo yanqui” y, por supuesto, lo estén dejando solo.

Tampoco fue casualidad que el 16 de marzo Obama se reuniera en la Casa Blanca con varios representantes de la comunidad cubanoestadounidense, entre ellos los empresarios Emilio Estefan y Miguel Benito "Mike" Fernandez, este último fundador de MBF Healthcare Partners, empresa dedicada a invertir capital de crecimiento estratégico en el sector salud; así como con el exabogado y sacerdote Fernando Heria y el subsecretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, ambos también cubano-americanos. Todos los sectores están cubiertos y no es una casualidad.

Tampoco lo fue que el 15 de marzo la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro y la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio anunciaran modificaciones que relajan la normatividad de control de activos cubanos (CACR) y la normatividad de administración de exportaciones (EAR).

De acuerdo con el Departamento del Tesoro estas medidas “amplían la capacidad de los estadounidenses de viajar a Cuba, impulsan el intercambio y las oportunidades comerciales y reducen las barreras para que los cubanos lleven a cabo transacciones financieras”. Para saber más consúltese el oportuno texto de Verónica Mondragón y Martha Rojas publicado en estas mismas páginas el miércoles pasado: “Obama cumple reclamo de Castro y autoriza uso de dólares con EU”.

Y finalmente, no fue casualidad que el 16 de febrero los secretarios del transporte de ambos países, Anthony Foxx y Adel Yzquierdo Rodríguez, firmaran un acuerdo para restablecer la programación de servicios aéreos comerciales. Este acuerdo permitirá que existan más de 110 vuelos diarios entre EU y los 10 aeropuertos internacionales de Cuba.

Insisto, ésta no es una simple visita, es un paso importante en una bien armada estrategia política que busca un fuerte beneficio comercial y, si se puede, mejorar las condiciones de vida y los derechos políticos del pueblo cubano.

Me explico: según el Tío Sam, lograr mejorar la vida de los cubanos comienza por facilitar una mayor interrelación entre norteamericanos y cubanos, lo que traerá a éstos un mayor acceso de información, lo que fomentará abogar por derechos humanos básicos como las libertades de expresión, reunión y asociación. Si mientras tanto los empresarios norteamericanos pueden hacer buenos negocios, mejor aún.

Las fotos de Obama en Cuba serán muy llamativas. Quizá podamos ver una imagen del presidente comiendo un helado Coppelia o una foto de él vistiendo una guayabera mientras fuma un habano o probablemente decida imitar a Hemingway y sostenga una bebida preparada con el ron de la Giraldilla, pero ¿qué gana Obama con todo esto?

El presidente norteamericano está asegurando –aún más– su inclusión en los libros de historia. Obama no sólo será recordado como el primer presidente afroamericano en la historia de EU o el supremo comandante de las fuerzas armadas de un país en guerra que recibió el Nobel de la Paz 2009. También será recordado como el presidente que dio la vuelta a la hoja de la crisis de los misiles de 1962 y le consiguió a su país un nuevo mercado de más de 11 millones de potenciales clientes y además contrarrestó el discurso caribeño contra el "injerencismo yanqui".

No suena nada mal para alguien que está en su último año de gobierno, ¿por qué no celebrarlo con un mojito con sabor americano?

*Director de la Facultad de Derecho y de la Escuela de Relaciones Internacionales Universidad Anáhuac México Sur.

Twitter: @luis_e_pereda