No tienen remedio

No tienen remedio
Por:
  • javier_solorzano_zinser

Pareciera que no es posible mandar a Donald Trump a un segundo plano. Desde que llegó a la Casa Blanca el mundo se mueve de manera diferente. Las confrontaciones y la rudeza verbal son las que imperan en las relaciones de EU con todo lo que lo rodea

Provoca y minimiza como estrategia de gobierno y de vida. Suponemos que en estos últimos días se ha ido dando cuenta de que el mundo y sus propios paisanos lo han comenzado a ver distinto.

Está siendo cada vez más fácil de leer e interpretar. Ya se sabe cómo va a actuar y está empezando a ser previsible, lo que no quita el riesgo de sus impulsos, los cuales están invariablemente latentes.

Corea del Norte y EU pueden terminar en un muy serio enfrentamiento. Los presidentes de los dos países se parecen. Se dejan ir, hacen declaraciones sin ton ni son y no miden las consecuencias de lo que dicen y lo que ello puede ocasionar. Los dos países tienen, además, armamento a gran escala, que si lo usan puede producir una catástrofe de inéditas dimensiones.

El lanzamiento de un misil balístico de Corea del Norte sobre una isla japonesa situada al norte de Hokkaido, ratifica la estrategia de intimidación que pretende Kim-Jong-un. El hecho se dio dos días después de que la propia Corea del Norte disparara tres misiles balísticos hacia el Mar de Japón o Mar del Este.

Si bien este tema tiene qué ver con una historia de años en la zona, la beligerancia y la violencia verbal de Trump han propiciado que diversos actores que andaban en pausa hayan pasado a la acción.

El magnate no tiene una lógica, lo cual lo vuelve de alto riesgo. Lo que queda cada vez más claro es que nos está llevando a escenarios inéditos y está conduciendo de manera paralela a EU a una pérdida de respeto y credibilidad. No se ve en qué pueda acabar la relación de EU con sus socios cercanos.

Como se ha visto, no somos los únicos afectados. Para algunos los efectos son directos y para otros indirectos, nosotros definitivamente estamos entre los primeros.

A Trump le dio estos días, por cierto no de manera casual, por arremeter contra México. Lo hace porque esta semana se reanudan las negociaciones del TLC y porque se le está yendo de las manos el tema de la construcción del muro fronterizo.

De nada sirvió que los presidentes alcanzaran un consenso verbal de no hablar públicamente sobre el muro. Quien creyó que Trump iba a cumplir el pacto no solamente se equivocó, también tuvo una alta dosis de ingenuidad y de querer creer en un personaje que puede llegar a acuerdos cara a cara, pero que en el momento en que se dé la vuelta los desconoce o los ignora.

Nos hemos permitido repetirlo en varias ocasiones: Trump no va a cambiar, puede poner en entredicho el TLC y puede ocurrírsele cualquier cosa sobre el muro que nos coloque en situaciones límite en la relación bilateral.

Esto apenas empieza, aunque parezca que llevamos largo trecho recorrido.

Entendamos de una vez por todas que el mandatario norteamericano no tiene remedio y así será hasta el final, aunque algunos piensen que lo pueden iluminar.

RESQUICIOS.

El informe sobre impunidad muestra que no se ha hecho la tarea. México bajó del lugar 58 al 66 entre los países con más casos. Es en Croacia donde se da menos esta situación. En nuestra nación el problema es estructural, hay 4 jueces por cada 100 mil habitantes; el promedio en el mundo es de 16.

México no tiene capacidad para enfrentar la impunidad. La mayor concentración de delito se produce en las zonas urbanas. El nuevo sistema penal va a funcionar porque es garantista, su problema es su implementación.

Tenemos 359 policías por cada 100 mil habitantes. El promedio en el mundo es menor, nuestro problema es la ausencia de capacitación y una profesionalización definitivamente deficiente.

Gerardo Rodríguez Sánchez de Lara. UDLA. Investigación Índice Global de Impunidad.