No todas festejan el 10 de mayo

No todas festejan el 10 de mayo
Por:
  • nizar_dana

En Amman

La semana anterior todas las madres del mundo celebraron su día, aprovecho la oportunidad para felicitarlas y desearles paz, en especial las madres palestinas, sirias, iraquíes y libias, quienes llevan años viviendo en la desgracia que significa la guerra, la ocupación o ser refugiadas. Para todas las madres árabes mi admiración y mi deseo de que en un futuro cercano puedan celebrar su día como se lo merecen.

Desgraciadamente, todo indica que la situación en esta zona continúa mal… En especial nos toca el corazón el drama de los refugiados sirios. Siria está en retroceso y el final del túnel de este conflicto aún está muy lejos.

Lo penoso es que no todos los países que rodean a Siria reciben bien a estas personas. Diariamente los medios y las ONG hablan sobre el abuso que sufren los refugiados. La semana anterior la policía libanesa liberó a más de 60 refugiadas sometidas a la prostitución. Según grupos de Derechos Humanos, el martes pasado el ejército turco maltrató y disparó a refugiados que huían de los combates en Aleppo lo que dejó cinco muertos, entre ellos un niño. A nivel oficial la autoridad turca declara que tiene la frontera abierta para los fugados de guerra, pero la realidad es otra, el año anterior permitieron el paso solamente a los que necesitaban asistencia médica urgente, los otros tuvieron que tratarse con las bandas que cobran muchísimo dinero para poder cruzar la frontera.

El trato en la frontera jordano-siria es más humano. Con muchas precauciones de seguridad y medidas tomadas para impedir la infiltración de terroristas entre los refugiados la autoridad jordana no da la espalda al sufrimientos de miles de niños, mujeres y enfermos. El ejército y los funcionarios de Agencias Humanitarias resisten día y noche a condiciones climatológicas difíciles y el peligro que implica meterse entre miles de personas desesperadas, para brindarles, por lo menos, la asistencia básica.

Un grupo de jóvenes de diferentes organizaciones junto al ejército jordano trabajó durante dos semanas sin parar día y noche para poder entrar a Jordania a miles de personas hambrientas que se encontraban en la parte de la frontera entre Siria y Jordania, un desierto, una tierra baldía sin agua ni árboles. Y se les partió el corazón al enfrentarse a madres con sus bebés en brazos que pedían desesperadamente que les dieran agua… y a niños desnutridos y cansados que daban las gracias cuando les hacían las tarjetas de comida… El alma se les rompió en pedazos pero continuaron trabajando sin pausa para poder salvar a la mayor cantidad de gente posible.

Que sirva de ejemplo para los demás países el valor humano y el compromiso de estas y otras gentes que se solidarizan con los más necesitados y piensen en esas madres que no tienen ni agua para darles a sus hijos…

Regálenles en el Día de las Madres por lo menos la posibilidad de no ver a sus hijos morir…

nizardana.razon@gmail.com

Twitter:@NizarRazon