Obama hace historia en Cuba

Obama hace historia en Cuba
Por:
  • montserrats-columnista

La llegada del presidente estadounidense Barack Obama a suelo cubano es un hito histórico que cierra a tambor batiente la controvertida decisión del mandatario de apostar por la diplomacia por sobre la bravuconería.

Si bien es significativo que el presidente, Raúl Castro, no estuviera al pie del avión para recibir a la familia Obama, implicando que esto es muestra de la debilidad a la que ha llevado esta administración al otrora imperio americano, la secuencia del deshielo de las relaciones entre estos dos países está entretejida por sutiles simbolismos.

Obama sabe manejar las imágenes y los mensajes que lanza. Su llegada tranquila, acompañado por su esposa y sus sonrientes hijas, la visita a la Catedral –reconociendo el papel del Papa Francisco en el acercamiento- , todo ha sido cuidado para proteger la meta del acercamiento de anquilosadas posturas ideológicas monolíticas que buscan dividir cuando ambos pueblos buscan tender puentes.

Las encuestas son claras a ambos lados del conflicto, la gente quiere —aún sin renunciar a su ideología— dejar atrás una época oscura de la historia de nuestro continente.

La mitología política del imperialismo estadounidense y el nacionalismo duro cubano han sido muestra del daño que las ideologías pueden hacer cuando se cierran al diálogo y al respeto a las diferencias. Justo en este año electoral en Estados Unidos estamos viendo cómo los personajes que confrontan, dividen y menoscaban, no traen otra cosa que violencia y dolor.

En Europa también somos testigos del renacimiento de nacionalismos xenófobos y de levantamientos de muros que dividen a los pueblos… tal vez el ejemplo de lo que sucede en Cuba nos ayude a tener esperanza en que se puede respetar, unir y apoyar, sin necesidad de aniquilar, destruir y separar.

Con Obama, viajaron una selecta comitiva de empresarios que muestran que el comercio y el turismo serán pieza clave para el reencuentro de estas naciones. Nuestro país tendrá que plantearse seriamente cómo atajará la competencia turística cubana si no queremos perder una de nuestras principales fuentes de ingresos.

Mucho queda por hacer para consolidar este paso histórico en el deshielo de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

Sin duda está el insoslayable tema de los derechos humanos en la isla, que tendrá que destrabarse a la brevedad como la misma entrada del gigante Google anuncia, y el fin del bloqueo comercial con el que ya se están relamiendo transnacionales del turismo.

Sin embargo, parece que es momento de iniciar una nueva era en la que Cuba cambiará la comprensión de sí misma y se adentrará con paso firme en la economía de la región.

msalomonf@gmail.com