Osorio y los extremos…

Osorio y los extremos…
Por:
  • jorgeernestow-columnista

El Tri otra vez es drama e histeria. Recibo en Twitter mensajes en que me consideran parte de los medios y periodistas “incendiarios” que somos “culpables” de los insultos que recibió Juan Carlos Osorio a su llegada al aeropuerto de la Ciudad de México, en donde un puñado de aficionados maltrató verbalmente al colombiano.

“Lo crucifican”; dicen, por el simple hecho —al menos en mi caso— de dudar de que este proceso sea el adecuado, por criticar el funcionamiento del equipo mexicano y por decir que el método que se busca implementar en el Tri no ha entregado buenos desempeños ni individuales ni colectivos. Apuntar que México “fracasó” en Copa Oro es considerado todo un ataque. Increíble.

De lo dicho por otros colegas extremistas que viven descalificando a entrenadores y futbolistas —a los que he criticado anteriormente— me desmarco por completo. Esa queja es en otra ventanilla.

Y hacen tanto daño esos extremistas como los radicales que quieren convertir a Osorio en beato y a su método en ley divina. No es pecado criticar su trabajo, le pasa a cualquiera que tiene una labor pública. Sufrió ese desgaste mediático la mayoría de los seleccionadores nacionales. No hay nada nuevo en ese rubro, y si no pregúntenle a Mejía Barón, Bora, Hugo o Chepo por citar algunos.

No olvidar incluso que ese “entorno” agobiante y desmesuradas críticas —que ya parecían más bien ataques personales— provocó el penoso episodio de Miguel Herrera en el aeropuerto de Filadelfia.

Es parte de la dinámica habitual que atañe a la selección nacional de México, y que se replica de cierta forma en otros países en los que el futbol genera tanta pasión.

Osorio no es el culpable de la “crisis” del futbol mexicano —otra exageración—; pero tampoco es el salvador incomprendido que pretende cambiar el destino de la patria futbolera.

Más allá de las críticas y las defensas a su gestión, lo evidente es el rendimiento de la selección nacional. No gustaba cuando ganaba y de golpe se quedó sin la coartada de los resultados para justificar los pobres desempeños.

Decirlo no es crucificarlo ni justificar que lo insulten. Y el distanciamiento con la afición no es asunto de medios o críticos. Al final de cuentas es futbol, nada más y nada menos.

witkerjor@yahoo.com

Twitter: @JorgeEWitker