Otra madre que mata a su hijo

Otra madre que mata a su hijo
Por:
  • bibiana_belsasso

Parecía que el asesinato de un bebé de ocho meses en manos de su madre, en Chimalhuacán, había sido ocasionado por un sanguinario rito satánico. No fue así. La madre torturaba a su hijo para presionar a su expareja para que volviera con ella.

Marduk Azazel López tenía apenas ocho meses y es falso que llevara el nombre de Belcebú, como se difundió en un principio.

Al poco tiempo de que el bebé naciera, sus padres se separaron. Leticia, la madre, buscó todas las maneras de que su expareja volviera. Incluso, como forma de presión, le quitó la posibilidad de ver al niño.

El papá del bebé ya había denunciado ante la Fiscalía del Estado de México que su expareja no lo dejaba ver al niño. Cuando el hombre se acercaba a la casa para ver si podría tener algo de información sobre su hijo, los vecinos le decían que probablemente  el menor era torturado porque se le escuchaba llorar mucho.

Grimalda Tavera, abuela materna del pequeño, narró a las autoridades mexiquenses que durante varios días no escuchó llorar al bebé, por lo que le preguntó a su hija, Leticia, dónde estaba, y ella le aseguraba que estaba dormido.

La señora declaró que, cuando entró a los cuartos donde vivía su hija y su pareja, conocido como Dorian, buscó la cuna del bebé y lo encontró debajo de las sábanas y boca abajo, por lo que solicitó apoyo a los vecinos.

La madre del niño fue detenida, en cumplimiento de una orden de aprehensión girada por un juez del Distrito Judicial de Nezahualcóyotl, mientras que la pareja de Leticia “N” logró darse a la fuga.

Lo que sí se encontró en la  vivienda fue algunos artículos utilizados presuntamente en la brujería, pero nada que vinculara la muerte del menor con ellos, todo lo contrario; los médicos afirmaron que murió por traumatismo.

La abuela paterna del bebé declaró que su nuera amenazaba con dañar al niño si su hijo no volvía con ella. De hecho, cuando Marduk llegó al nosocomio, los médicos atestiguaron que en el cuerpo presentaba marcas de maltrato, pero ninguna mutilación.

Lo más grave de todo es que son muchísimos los casos en los que alguno de los progenitores le hace daño a sus hijos con tal de vengarse de su expareja.

En todos los casos, los padres que matan a sus hijos tienen un desorden psicológico y un rencor que se expresa agresivamente.

Este cuadro lleva a recordar el tristemente célebre caso de la familia Agraz, sucedido en junio del pasado. En aquella ocasión, Mireya envenenó a sus tres hijos, a sus padres y luego se suicidó, en un caso que pudo haberse evitado.

O un caso en  Canadá, el de Elaine Campione, quien en 2006 mató a sus dos niñas chiquitas por una disputa que tenía contra el padre de las menores. (Esta historia se las cuento en la semana; es muy similar a la de Mireya Agraz).

El caso del asesinato de Marduk Azazel López es uno más de los muchos que se han dado.

En México, el Código Penal tipifica el ilícito como homicidio con relación al parentesco, cuya pena puede ir de 30 a 60 años de prisión; sin embargo, en los 32 estatutos de las entidades la penalidad varía, aunque todos establecen dos reglas para sancionar el crimen: si se trató de un delito culposo o doloso.

En el primero, puede haber o no responsabilidad para la persona, dependiendo de cada caso. Pero si se determina que es doloso, en el que querían matar al bebé, las penas en la mayor parte de las entidades van de los 10 a los 30 años.

Pese a estas penas, aún falta unificar los tipos legales, a fin de estandarizar las sanciones, porque de acuerdo con el estado es como se tipifica el delito; en algunas entidades se refieren a él como infanticidio o parricidio.

Se tienen que revisar las leyes, pero también ponerle especial atención a la salud mental.

Casos trágicos

El fiscal general del Estado de México, Alejandro Gómez, aseguró que las investigaciones no han descartado que el pequeño de ocho meses, presuntamente asesinado por su madre en Chimalhuacán, haya formado parte de algún tipo de ritual como los que realizaba esta mujer, identificada como Leticia.

“Dentro del inmueble se han localizado artículos esotéricos, se ve una especie de pentagrama mal pintado, hay algunas cerámicas con forma de calavera, hay, en efecto, un dibujo en el piso con forma como de un muñeco, hay un muñeco de trapo y estos artificios que se utilizan para este tipo de ritos y demás”, dijo en entrevista de radio.

El fiscal reveló que la madre del niño les ha dicho que “escucha voces, que escucha una serie de cosas y creemos que es, más bien, el ámbito de defensa o el argumento de defensa que ella quiere asumir”.

El 7 de junio de 2017 Mireya Agraz fue notificada de que había perdido la custodia de sus hijos, luego de un conflicto legal con su expareja. En lugar de entregar a los pequeños y acatar la orden de la autoridad, la mujer envenenó a todos los miembros de su familia con el tóxico “disfrazado” de medicamento; en cuestión de minutos les quitó la vida. Desde 2010 la mujer había denunciado diversos abusos sexuales de su expareja contra sus hijos, pero ninguna de sus denuncias procedió.