Para AMLO, Barbosa gobernará Puebla

Para AMLO, Barbosa gobernará Puebla
Por:
  • francisco_cardenas_cruz

Desde que el 8 de julio pasado, cuando el Instituto Electoral Estatal de Puebla entregó constancia de mayoría a Martha Érika Alonso que la acredita como gobernadora electa de esa entidad, el hoy Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, advirtió que para él y su Movimiento Regeneración Nacional, “el gobernador electo es Miguel Barbosa”, y que éste buscaría “limpiar la elección hasta que la gubernatura se le entregue a nuestro candidato”.

Después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó el recuento “voto por voto y casilla por casilla”, que fue la proclama lopezobradorista en las dos elecciones en las que contendiera por la Presidencia, no es difícil prever cuál será el resultado de ese recuento.

DE ESTO Y DE AQUELLO

A menos de dos meses y medio de que Andrés Manuel López Obrador rinda protesta ante el Congreso de la Unión, que preside Porfirio Muñoz Ledo, y éste le entregue la banda tricolor, no hay duda de que tanto él como su Movimiento Regeneración Nacional, con mayoría en las Cámaras de Diputados y de Senadores, irán con todo.

Es tal la prisa con la que después de su contundente triunfo electoral llegaron quienes serán el titular del Poder Ejecutivo Federal y sus legisladores, que, por lo pronto, las bancadas morenistas aprueban las iniciativas que presentan sobre los ofrecimientos hechos en campaña electoral por el hoy Presidente electo y se preparan para darle luz verde a las que aquél les remitirá a partir del 1 de diciembre.

Por esa premura, en algunas sesiones, tanto en el recinto de San Lázaro como en el de Paseo de la Reforma, se les han complicado las cosas; como en el Senado, el caso de la licencia de Manuel Velasco para dejar su escaño y regresar a completar su sexenio como gobernador, ahora sustituto de Chiapas; y en la Cámara por el protagonismo del petista, experredista, Gerardo Fernández Noroña.

Los diputados morenistas aprobaron, sin revisar siquiera, la Ley Federal de Remuneraciones de Funcionarios Públicos, presentada hace siete años, para que ningún funcionario público gane un sueldo mayor al del Presidente, que será de 108 mil pesos, y que en algunas dependencias empezó a provocar la salida de no pocos, en el caso de los técnicos y más calificados.

En su afán de cumplirle al próximo Presidente lo que ofreciera, diputados y senadores aplicaron de inmediato sus propios planes de “austeridad republicana” y dieron luz verde a lo que ha propuesto para acabar con despilfarros y privilegios de sexenios, del actual y anteriores gobiernos, lo que ciertamente ha sido bien recibido; aun cuando aquéllos racionaron no sólo recursos, sino hasta café, agua, galletas y botanas.