Peña en La Montaña Mágica

Julián Andrade

Algo queda de Hans Castorp en el gélido clima de Davos en Suiza. Thomas Mann situó ahí la narración de La Montaña Mágica, y lo hizo con la contundencia de los clásicos.

La obra se desarrolla “en otro tiempo, en el pasado, en los días consumados del mundo antes de la Gran Guerra, con el principio de la cual comenzaron tantas cosas que luego, sin duda, no han dejado apenas de comenzar”.

Davos es en la actualidad la sede del Foro Económico Mundial. Un lugar de reflexión y de prospectiva, a la luz de un mundo en constante trasformación.

Hace justo 100 años que la violencia se desató en Europa como el preámbulo de un desastre todavía mayor décadas después. Hoy todo parece distinto, pero con la historia nunca se sabe.

Davos en la actualidad es un escenario que se presenta para que los mandatarios coloquen sus mensajes ante los inversionistas y los centros de pensamiento más importantes.

Esa lógica no es ajena para México y le tocó un momento importante, como no había ocurrido desde hacía décadas.

El Presidente Enrique Peña Nieto pudo colocar una narrativa de éxito en cuanto a las reformas que se han aprobado en los últimos meses. No son menores y ello despierta el interés en otras partes del mundo.

Contra muchos pronósticos, las fuerzas políticas más relevantes del país y de derecha hacia izquierda, se pusieron de acuerdo para aprobar una agenda común. Un logro colectivo que con el paso del tiempo puede significar una gran diferencia, si este empeño modernizador persiste en las leyes reglamentarias.

Por supuesto que no todo es miel sobre hojuelas, pero hay una imagen de México que se puede vender, y bien, en el mundo.

Desde hacía décadas no se vivía un momento similar, ya que en el pasado lo que se tuvo que ir a contar a Suiza eran los remedios para enfrentar crisis y ajustes y, aún peor, para tratar de explicar la falta de aprovechamiento de los ingresos petroleros más grandes de los que se tenga registro.

Hay acechanzas, por supuesto, y la más grave de todas es la que representa la inseguridad y los altos niveles de violencia.

En Davos, el Presidente Enrique Peña Nieto también se refirió a ello ponderando lo que hasta ahora se ha logrado y en modo alguno es menor: en Michoacán se avanza con una estrategia compartida con los poderes locales, y hay una disminución de los homicidios dolosos a nivel nacional.

La cooperación con los estados es indispensable, al grado de que el ex presidente Felipe Calderón, asistente también al foro en Suiza, señaló que sin ella poco se puede hacer.

“El momento mexicano” continúa y será una tarea relevante el hacer que ello siga así. Un receta es entender que cuando le va bien al país, la va bien a todos.

Hans Castorp, el personaje de Mann, se emparenta, después de todo, con un tiempo en el que todo puede cambiar, ni duda cabe.

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