Planear para vivir y sobrevivir

Planear para vivir y sobrevivir
Por:
  • rodolfoh-columnista

Las lluvias torrenciales tienen a una ciudad perfectamente planeada y trazada como Houston hundida en el caos y la desgracia. Eso debe hacernos reflexionar mucho sobre la capacidad de la Ciudad de México para afrontar desastres naturales.

La nuestra es una urbe sumamente compleja, el hacinamiento es de dimensiones apocalípticas; y por ello el riesgo de que muchas vidas puedan perderse ante una calamidad es alto.

Para dimensionar solamente uno de los riesgos que enfrentamos, la fuerte lluvia que hemos padecido esta semana es equivalente a llenar de agua el Estadio Azteca casi dos veces. Fue una tormenta como no se veía en muchos años, que incluso ocasionó que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México detuviera sus operaciones.

Y si bien resulta muy complejo buscar soluciones bajo las condiciones actuales, me parece de urgente necesidad destinar recursos para convocar a los mejores expertos nacionales e internacionales, con el fin de elaborar una guía de acciones que debamos implementar para mitigar y prevenir riesgos.

Y es que no es solamente la lluvia, sino los terremotos los que pueden traer consecuencias traumáticas a la población. Y todo esto me lleva a pensar en la inaplazable necesidad de romper con las consecuencias de la mala planeación en las acciones de gobierno.

Un ejemplo claro es el túnel que finalmente abrió al tránsito en Río Mixcoac. Pero el día de su estreno saltó a la vista la incompetencia convertida en caos vial, por cuestiones que debieron ser previstas. La obra desde luego no fue sencilla y sobre todo me parece que será benéfica. Para quienes padecimos durante largo tiempo el absurdo puente que se hizo en la administración de Marcelo Ebrard, y que bajaba de avenida Revolución para terminar en un cuello de botella terrible en su entronque con Insurgentes, el deprimido será un alivio.

Pero las deficiencias vinieron al no haber vislumbrado la inmovilidad vehicular que se está ocasionando en la colonia Florida y en la Crédito Constructor. Avenida Minerva, en su cruce con Barranca del Muerto, y todas las demás calles aledañas colapsaron.

Y desde luego que eso no es responsabilidad directa del Jefe de Gobierno. Para eso cuenta con una Secretaría de Movilidad que debía haber estudiado la zona, la sincronización de semáforos y la manera de desfogar la lateral del Circuito en su entronque con avenida Universidad.

Como vecino de años de la colonia Florida y Guadalupe Inn entiendo muy bien el enojo de la gente, pero confío en que se harán los ajustes necesarios para que la tranquilidad vuelva a las colonias afectadas y la vialidad se haga funcional.

Pero insisto, es la planeación y aquí estamos hablando de tráfico, no de vidas humanas. Por ello, como lo señalé antes, es indispensable que nos preparemos a conciencia y dejar de hacer las cosas al “ahí se va” o esperar a reaccionar cuando ya es demasiado tarde.