Por fin, la regulación

Se dieron pasos adelante no sólo por lo que ayer en la Secretaría de Salud se planteó y se envió al Congreso para su discusión y eventual aprobación, sino también

porque el avance es significativo en función de donde venimos.

El país se la ha pasado de la mano de lo que se ha venido imponiendo desde Estados Unidos. Richard Nixon en los setenta lanzó la guerra contra las drogas, a la cual bajo la presidencia de Ronald Reagan se le dio un nuevo impulso. México acató sin cuestionar, atacó a los cárteles de la droga en todos los terrenos que se pudieron y que se quisieron. Al final terminamos por poner los muertos —los seguimos poniendo— y se intensificaron la corrupción y la complicidad entre autoridades y narcos, lo que nos ha llevado a un agudo y severo proceso de impunidad generalizada.

México ha hecho al pie de la letra lo que le han pedido y exigido. Hemos seguido el guión tal y como nos lo han presentado. La descomposición la hemos venido viviendo y viendo. En algunas ciudades se ha agudizado más que en otras, pero sin exagerar podemos decir que difícilmente algún estado del país está exento de la violencia del narcotráfico y de todo lo que de ello se deriva.

La descomposición nos ha llevado a escenarios dantescos. Igual nos aparecen 73 migrantes brutalmente asesinados en la pequeña comunidad de San Fernando, Tamaulipas, que desaparecen 43 estudiantes, a los que seguimos buscando; todo parece indicar que fue debido a una confrontación entre dos cárteles de la droga en Guerrero. La historia se ha convertido en algo interminable, entre más buscamos encontramos más muertos, más drama, más tristeza y más desamparo.

Teníamos que hacer algo pronto. Quizá para algunos lo de ayer sea insuficiente, pero somos de la idea de que fue un gran avance. Habíamos estado viendo pasar y padecer nuestro drama. Nos la pasamos con presidentes que actuaban en función de todo lo que venía de afuera.

Para consignar lo reciente, Fox estaba por poner su centro de producción de mariguana; Calderón declaró la “guerra” y luego nos dijo que siempre no; Peña Nieto tenía sus reticencias, pero al final los foros lo obligaron o le dieron pie a que sensatamente se sumara a los acuerdos para hacerlos suyos.

Un elemento de gran importancia, que no se mencionó en la reunión pero lo podemos confirmar, es que se dará el aval para la producción nacional la cual será base de la mariguana medicinal. No tendría sentido importar el producto siendo que somos el segundo productor de la hierba en el mundo.

Lo que habrá que definir cuidadosamente es lo que tiene que ver con el consumo personal. Se va a pasar de 5 a 28 gramos lo que cada persona puede llevar. Los problemas serán los mismos que se tienen hasta ahora.

¿Cómo se va a conseguir la mariguana? ¿Quién va a regular el mercado y cómo? ¿Cuál va a ser el proceso de venta y distribución? ¿Vamos a poner tiendas o mercados? ¿La policía va a estar preparada para las nuevas disposiciones? ¿Cómo se va a enfrentar a la corrupción y la impunidad que nos abruman?

Son cuestiones complejas, pero son preguntas que ya nos conducen hacia un nuevo estado de las cosas. Por fin estamos en rumbo de enfrentar un problema de gran calado a través de nuevas maneras e ideas.

Avanzamos en consenso como hace tiempo no lo hacíamos y vamos sumando para tener nuevos elementos para enfrentar un problema que es de todas y todos.

 RESQUICIOS. Así nos lo dijeron ayer:

Es un día lleno de tristeza para Coatzacoalcos. La explosión en Pajaritos marca la historia de desastres. El proyecto le había dado vida a la zona, desde hacía dos años había una buena inversión. Es el accidente más grave que recuerdo en los últimos 20 años. Es probable que haya habido una falla técnica. Para saber qué fue lo que pasó se requiere de un análisis exhaustivo que puede llevar mucho tiempo; es un día triste: Fluvio Ruiz Alarcón, especialista en temas energéticos, originario de Coatzacoalcos.

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Twitter: @JavierSolorzano