¿Por qué el endeudamiento de un estado rico?

¿Por qué el endeudamiento de un estado rico?
Por:
  • gerardo_garcia

Todo depende en efecto delo cristal con que se pretenda mirar. Que historia contar, partiendo del interés por contarla. Narrativa que se nutre de medias verdades pero que construye lapidarios juicios. Oportunidad sin embargo para exponer una realidad que, políticamente incorrecta, no se quiere ver.

Menos en elecciones, pues.

Los estados cuya economía depende casi en exclusiva del turismo –principalmente Quintana Roo y Baja California Sur- tienen en efecto el impulso que genera una industria en crecimiento; pero de igual manera enfrentan retos diferentes otras entidades. La principal, esa problemática que resulta de un crecimiento migratorio explosivo que no encuentra respuesta similar en la asignación presupuestal. Una suma de habitantes que no se traduce en una multiplicación de las asignaciones que reciben de la Federación. Retos que deben enfrentar no siempre con las herramientas suficientes. El tema del endeudamiento de los estados ha sido un asunto muy discutido y cuestionado en loa años recientes. Generó incluso una reforma legislativa que acota las facultades de gobiernos estatales o municipales para solicitar préstamos. En los últimos tres días, particularmente, el exesritor quintanarroense Héctor Aguilar Camín, ha dedicado sus columnas al tema, centrándose en el caso de su estado natal. Criticando, en efecto, el nivel de endeudamiento de la entidad líder en la industria turística que, citándolo, crece al 5.2 por ciento anual. Un estado con niveles de pobreza menores a la mayoría de otras entidades, que carga un endeudamiento en efecto complejo.

El asunto es que no, la deuda no puede negarse; pero el asunto es que debe explicarse.

Quintana Roo es la entidad con mayor crecimiento migratorio en el país. En 10 años, del 2005 al 2015, pasó de un millón ciento treinta y cinco millones, a un millón quinientos un mil habitantes, de acuerdo a cifras del INEGI, mismas que, de acuerdo con especialistas del Consejo Estatal de Población, se quedan por debajo en al menos un treinta por ciento. Quintana Roo, de acuerdo a esos cálculos, tiene al menos un millón ochocientos mil habitantes. La mitad de ellos concentrados en Cancún. A esto debe sumársele la población flotante, incluyendo a los millones de turistas, que requieren de servicios públicos como agua, drenaje, alumbrado público y seguridad, en el 2015, Quintana Roo recibió más diez millones de turista. El presupuesto de la entidad no es suficiente. Para el 2016, el Congreso aprobó un ejercicio presupuestal de 24 mil 485 millones de pesos. Poco más del doble de lo que se tenía en el 2008, que era de poco menos de doce mil millones de pesos. Entonces no alcanzaba, ahora tampoco. El crecimiento poblacional, sumado al impacto de la población flotante, es superior al incremento presupuestal.

Pero vayamos al 2008. Quintana Roo ese año, con el presupuesto que refiero –y recibiendo ocho millones de turistas- recibió el impacto del huracán Wilma que le destrozó la infraestructura urbana y de servicios en el norte de la entidad. Al año siguiente, el presupuesto –que en su mayoría proviene de partidas federales- no creció lo suficiente para enfrentar la realidad. Y lo que tuvo que hacer el gobierno estatal, fue pedir préstamos.

¿Por qué un estado exitoso debe hacerlo?

Porque debe enfrentar una realidad. Los ingresos propios de las entidades federativas son mínimos. Se reducen al impuesto sobre nóminas, a derechos que son pocos y, en el caso del turismo, al impuesto al hospedaje que va directo a la promoción. El éxito turístico en buena medida se traduce en impuestos federales. Sólo para acotar, Quintana Roo produce la mitad del PIB turístico, que ya alcanza casi el 9 por ciento del PIB nacional. La reciprocidad de lo que generan a lo que reciben es insuficiente para lo que deben resolver. Hablamos de infraestructura, servicios, seguridad.

Al cuestionar el endeudamiento, habría que considerar esta realidad.

ggarcia@elperiodico.com.mx

Twitter: @gergarcia68