Portación de niño prohibido

Portación de niño prohibido
Por:
  • larazon

Si uno piensa que en la Ciudad de México llegamos al nivel del absurdo, pues no, siempre hay tela de donde cortar.

A partir de este lunes inició el Programa de Transporte Escolar Obligatorio. En teoría fue ideado para proteger el medio ambiente y para atenuar el tráfico en alguno de los puntos más conflictivos de la capital.

Dice la secretaria de Medio Ambiente, Marta Delgado, que los beneficios se verán “en unos tres meses”.

El programa nunca fue consensuado con los padres de familia e inclusive no pudo tener el visto bueno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, y por ello se prefirió la ruta siempre cuestionable del decreto.

Desde este lunes el 70 por ciento de los niños que acuden al Colegio Madrid, por ejemplo, llega a pie a la escuela. Hay que insistir en que la zona es de vialidades difíciles y de mucho tráfico, con todo y programa de transporte.

El otro 30 por ciento tuvo que pagar el transporte que fue aprobado por el Gobierno del Distrito Federal. Ni en ese aspecto existe libertad de elección.

Inscribirse en el transporte significa, en términos reales, un aumento de 20 por ciento en la colegiatura, lo que en estos tiempos es realmente difícil.

La sociedad de padres del Colegio Madrid intentó negociar otras opciones, pero a estas alturas y con los burócratas capitalinos no se trata de discutir, sino de imponer.

Hace unos meses algún funcionario del DF dijo que las quejas sobre el costo del transporte eran sólo pataletas “porque la gente que lleva a sus hijos a escuelas privadas tiene los recursos suficientes”.

Detrás de semejante argumentación se encuentra uno de los rasgos más autoritarios del gobierno local.

¿Si se trata de proteger el ambiente no habría sido mejor terminar con las invasiones en el Ajusco? ¿No ayudaría el golpear a las mafias de la basura? Quizá sí, pero ahí tienen una clientela nada despreciable y Marcelo Ebrard, el jefe de Gobierno, no está dispuesto a jugar con fuego, porque ya conoce a los integrantes de su partido, quienes forman parte de estos grupos de presión o son compañeros de ruta.

Estoy convencido de que el programa no tiene ni pies ni cabeza y que tendrá que ser revisado en el futuro.

Pero, la verdad, nunca pensé en que llegaría el día en que asistir a la escuela significaría sortear zonas acordonadas por policías y funcionarios de la Red de Transporte Público.

Esto da más coraje por la situación de desastre en la que han convertido a la educación en nuestro país. El acceder al conocimiento debería ser premiado y no sancionado por políticas absurdas, al grado de que por las mañanas la policía ahora vigila que nadie lleve un niño prohibido en el auto.

juljard@yahoo.com.mx

fdm