Preciado, el líder sin tamaño

Preciado, el líder sin tamaño
Por:
  • larazon

Salvador Camarena

El lunes pasado, al anunciar su respaldo a Gustavo Madero (como si tal cosa estuviera en duda o como si tal apoyo contara para algo) el senador Jorge Luis Preciado logró hundirse aún más ante sus colegas blanquiazules del Senado.

“Preciado, líder blanquiazul en el Senado, acusó al ex presidente Felipe Calderón de haber hecho el ridículo con el caso de Nazario Moreno, El Chayo, capo al que su gobierno dio por muerto erróneamente”, se lee en la nota de Reforma.com de ese día. “Fue un ridículo del gobierno federal darlo por muerto sin tener los elementos suficientes y sin tener el cuerpo. Ahora asoma una sombra de impericia del Gobierno federal anterior, de sus cuerpos de seguridad y de sus sistemas de información (…) la gente comenzó a ver que el único tema que se movía en la Presidencia era el de la inseguridad y además generaba más percepción de inseguridad y que la crítica se enfocara sobre miles de muertos y finalmente eso nos costó la Presidencia de la República”.

Aramos dijo el mosquito. “Nos costó la Presidencia…”, qué descaro. ¿Alguien recuerda a este señor en la campaña panista de 2012? Es más, ¿alguien recuerda la carrera política de este señor antes de que el dedo nada divino de Gustavo Madero le premiara con un puesto que le ha quedado no grande, sino enorme? Qué fácil convertirse hoy en un gran crítico de la estrategia antinarco de Calderón.

Los senadores del PAN reclamaron el martes a Preciado sus declaraciones. Según cuenta uno de los legisladores que estuvo en la reunión, el colimense negó haber declarado eso. “No tuvo los pantalones de aceptar sus dichos”, asegura la fuente. Le dijeron que si quería ver el video de Milenio para que se atreviera a decirles en la cara que no había expresado lo que la prensa consignaba. No aceptó, pero a regañadientes ofreció disculparse en público.

“Se pasó por el arco del triunfo esa promesa”, agrega el senador, que apunta que Preciado logró algo pocas veces visto: el reclamo fue generalizado, de maderistas y corderistas.

En esta situación Preciado y su titiritero pasan por alto un pequeño detalle. Felipe Calderón tiene la simpatía de más de 80% los panistas. Pegarle a Calderón puede ser medianamente taquillero fuera del blanquiazul, pero atacarlo desde el panismo no es una estrategia muy inteligente que digamos, sobre todo si están a punto de comenzar las campañas por la renovación del CEN blanquiazul.

La historia pondrá en su sitio a Felipe Calderón, a su gobierno y, no perder de vista, a todo lo que hizo y no hizo en 25 años de carrera política previa a iniciar gestión como Presidente de la República. En cambio, de Preciado ni la memoria de sus pachangas en el Senado quedará. Hasta para hacer fiestas se requiere de estilo.

salvador.camarena@razon.mx

Twitter: @salcamarena