PRI: ¿Oposición satelital intrascendente?

PRI: ¿Oposición satelital intrascendente?
Por:
  • raudel_avila

El episodio de Manuel Velasco en el Senado de la República pasará al anecdotario de la picaresca política mexicana como uno de los incidentes más penosos en una historia de por sí escasamente gloriosa. Lo más sorprendente no fue el voto mayoritario de Morena a favor de la desvergüenza del senador—gobernador chiapaneco, sino que a nadie le escandalizó la complicidad del PRI.

El PRI es un partido tan lamentablemente desacreditado por su justificación de lo injustificable (la inseguridad, la corrupción de los gobernadores, y un larguísimo etcétera) que ya nadie se asombra cuando comete una aberración. La bancada del PRI votó a favor de la licencia para Velasco vaya usted a saber a cambio de qué. Ese voto favorable se emitió en detrimento de un estado tan lastimado como Chiapas, pero casi ningún medio de comunicación se interesó en preguntarles a los senadores priistas los motivos de su voto. Se dio por hecho que están de parte del cinismo.

A estas alturas resulta ingenuo apelar a principios éticos en el PRI, pero lo más desconcertante es la falta de talento y olfato político. Vía Manuel Velasco, Morena le regaló al PRI la oportunidad de posicionarse como una oposición creíble y con la estatura moral para denunciar la falta de pudor de los nuevos arreglos políticos en el Poder Legislativo. Sólo tenían que votar en contra de la licencia. Era la oportunidad de cobrarle a Velasco las facturas de la elección pasada, en la cual operó en contra del PRI y a favor de los candidatos de Morena.

El tricolor perdió una oportunidad dorada para capitalizar políticamente un despropósito de Morena. El argumento (es un decir) más socorrido de los pocos priistas que se preocuparon de justificar su voto fue “el trámite es legal.” Así de profunda la sofisticación intelectual del partido. Aclaremos: también era legal votar en contra de la licencia.

No se trata de ser una oposición obstruccionista ni obstaculizar por el mero placer de salir en la prensa. El parlamentarismo no consiste nada más en traficar comisiones, sino en ofrecer razonamientos provechosos al país. Numerosos analistas dicen que el comportamiento de los legisladores de Morena en las cámaras demuestra cómo no se han dado cuenta que ya dejaron de ser oposición. El PRI haría bien en asimilar que ya no controla el poder legislativo y empezar a portarse como oposición.

El Diccionario de Política de Norberto Bobbio, Gianfranco Pasquino y Nicola Matteucci define la oposición entre otras cosas, como el agente cuya “función constitucionalmente reconocida es el límite y el control crítico al poder de la mayoría.” Si continúa por esta ruta, el PRI pasará de ser una oposición numéricamente intrascendente a un partido político inexistente.