El primer presidente blanco

El primer presidente blanco
Por:
  • gabriel-morales

El artículo de Ta-Nehisi Coates en The Atlantic, “El primer presidente blanco”, ha suscitado una enorme cantidad de respuestas entre los círculos intelectuales estadounidenses y el público en general. En el artículo, Coates hace uso de su maravillosa prosa y elocuencia para condesar en un texto lo que ya varios hemos dicho incansablemente desde la elección. La victoria de Trump es inexplicable sin pensar en el legado de la esclavitud y la segregación en Estados Unidos; el racismo desempeñó el papel central en su elección.

La narrativa que trata de competir con esta explicación nos dice que la victoria de Trump fue resultado de: 1) los desajustes de la globalización, que afectaron a las clases trabajadoras que han sido olvidadas por Washington y 2) el “desdén de las élites liberales y universitarias”.

Tan universales se han vuelto estas explicaciones que incluso han llegado a la prensa mexicana. Le bastan a Coates dos oraciones para destruir categóricamente este argumento. Si suponemos que las dos premisas son ciertas, ¿no serían los votantes negros y latinos, quienes más se han visto afectados por estos procesos y quienes históricamente han sido las verdaderas víctimas del desdén de las élites, los primeros en volcarse a un líder que promete emprender este combate?

Resulta que los datos muestran que la supuesta “clase trabajadora”, si no se separa por raza, votó aplastantemente por Clinton. En realidad, viendo los datos, no se puede entender la obsesión de estos analistas por concentrarse en la clase trabajadora blanca. No sólo fueron los blancos pobres, sino todos los blancos, los que le dieron la victoria a Trump. Trump ganó entre mujeres blancas (+3), hombres blancos (+31) e incluso gente blanca con educación universitaria (+3).

Si se contaran sólo los votos de personas blancas en Estados Unidos, Trump habría ganado el colegio electoral 389 a  81, con 68 de estos últimos votos siendo un volado estadístico. Coates apunta que estos analistas evitan tocar este tema (el hecho de que Trump ganó entre todos los grupos blancos) porque resulta fácil excusar a personas pobres/con baja educación de haber votado por un racista, ¿cómo excusar a  personas universitarias de votar por un candidato no calificado, que inició su carrera política diciendo que el presidente negro no era estadounidense y que su única propuesta de política pública era un muro para separar a México?

Políticos como Bernie Sanders o Joe Biden han rechazado públicamente el papel que la raza jugó en la elección; sin embargo, se puede entender que deben cuidarse de declaraciones inflamatorias. Para los analistas no hay pretexto. Los datos están ahí, los hechos hablan por sí mismos. Si no, observen las declaraciones esta semana del presidente contra jugadores, todos ellos negros. Coates dice que antes de Obama se daba por hecho que el presidente sería blanco, y el color de su piel no desempeñaba entonces un papel importante. Después de Obama, sin embargo, es posible que el color blanco sirva como un activo en la campaña. Trump supo explotar el racismo para hacerse del poder: Trump es el primer presidente blanco. Les invito a leer a Coates para continuar esta discusión.