Prisiones del DF, tierra de nadie
Un dislate de los españoles en el Nuevo Mundo fue dividir la tierra en círculos. Entre villas y parcelas quedaba, lógicamente, un espacio sin propietario al que los criollos llamaron “realengo” porque se podía hacer lo que diera la gana.
Distinto a los “realengos” de España, tierras que pertenecían a la Corona, mientras las de la Iglesia y la nobleza eran “abadengas”. Y como aprender no ocupa lugar, valga la disquisición de pretexto para afirmar que las cárceles del DF son iguales a los realengos aquellos del Nuevo Mundo.
Existen tal corrupción y desparpajo que, por apenas citar un suceso reciente, dos presos se fugaron el sábado 30 de enero del Reclusorio Norte saliendo por la puerta haciéndose pasar por albañiles.
Los evadidos, dos secuestradores llamados Alejandro López Medina y Arturo Torres Aldana, fueron ayudados por autoridades: están arraigados 14 custodios y el jefe de seguridad del penal, Roberto Bolaños.
También allí la PGJDF identificó a dos reclusos, Daniel de la Rosa y Sergio Fernández Pulido, que extorsionaban con teléfonos celulares sin ser molestados. En dos meses habían ganado un millón de pesos.
La complicidad de las autoridades es notoria: en diciembre llegaron agentes de la PGJ de Chiapas con una orden para catear a dos extorsionadores, pero los custodios los hicieron perder tres horas en trámites y dieron tiempo a que los reos ocultaran sus celulares.
Hace poco fue trasladado, procedente de Santa Martha Acatitla, el secuestrador El Giovanni para vigilarlo mejor. Pero reportes de la Fuerza Antisecuestros afirman que éste “constantemente se comunica con el exterior para preparar las extorsiones”.
Santa Martha Acatitla presenta un cuadro similar. Desde allí fue planificado el secuestro y asesinato del ferretero Fernando Andrés Canizal, la Navidad pasada. Es la cárcel donde más teléfonos se requisaron en 2009: un total de mil 853.
Y dos extorsionadores y narcotraficantes, Fabián Jiménez Alatriste y Fidel Carrillo Salas, organizaron el 12 de diciembre una fiesta particular en el patio, para la cual contrataron dos grupos musicales.
Pero no se trata únicamente de corrupción. También de falta de oficio. El vocero de la Subsecretaría de Centros Penitenciarios, Alberto Aguirre, firmó un boletín, tras el escape de los dos secuestradores del Reclusorio Oriente, que es, cuando menos, inocente:
“Nueve custodios del Reclusorio Norte y un empleado administrativo han sido presentados en la Unidad del Ministerio Público GAM-1 para ser investigados en torno a la aún no confirmada fuga de los internos Alejandro López Medina y Arturo López Santana”.
¿Cómo es que son “investigados” por una “no confirmada fuga”? A poco demora tanto saber si un preso se escapó.
O es que se puede esconder en el baño y hay que esperar a que salga.
Y, mientras, viriguo.
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fdm