Promesas imposibles de cumplir

Donald Trump ha hecho y dicho todo lo que se le ha ocurrido para simpatizar con los más radicales, y eso tiene preocupados a muchos. Recientemente ha recibido apoyo de grupos principalmente xenófobos, y también ha recibido beneplácito de David Duke, exlíder del Ku Klux Klan en Estados Unidos. El líder del Partido Nazi Estadounidense ha aplaudido que Trump proponga un cierre completo a la entrada de los musulmanes.

En campaña todo se promete, pero la realidad es que muchas veces esas promesas son prácticamente imposibles de cumplir. Puede ser por los altos costos económicos, porque se requiere de la autorización del Congreso o bien porque violan la Constitución.

Hace unos días en un mitin político, Trump fue muy enfático con la construcción del muro, y cuando le preguntó a su audiencia quién pagaría por éste, todos gritaron “México”. Hacerlo es imposible.

Marc Rosenblum, director asociado del programa de política migratoria de Estados Unidos del Instituto Político de Migración, explica que las áreas del muro en poco más de 2 mil kilómetros que aproximadamente habría que construir, podrían costar 16 millones de dólares por milla, un precio total de 20 mil millones de dólares, sin incluir el costo de comprar la tierra y el mantenimiento del mismo.

Si se tuviera ese dinero, hay otro problema muy serio: la propiedad privada de la tierra donde se construiría el muro. Éste ha sido ya un problema para el Departamento de Seguridad Nacional (DSN), que ha buscado comprar algunas tierras porque el costo de ésta es muy elevado.

Trump propone confiscar las remesas “de salarios ilegales” que se envían desde Estados Unidos hacia nuestro país. El primer reto es diferenciar el origen de las remesas, lo cual es virtualmente imposible.

El fiscal de Arizona, Terry Goddard, hace unos años demandó a la empresa de envío de dinero Western Union, buscando confiscar fondos de cuentas sospechosas de estar ligadas al narcotráfico. La empresa alegó que las autoridades no tenían la razón legal de violar la privacidad de sus clientes, y su argumento fue respaldado por la Corte Suprema de Arizona en 2009.

De esa misma manera La Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos puede resolver las demandas interpuestas por la retención de remesas.

Otra ocurrencia de Trump ha sido eliminar los impuestos corporativos y reemplazarlos con un impuesto del 20 por ciento sobre las importaciones, y un impuesto del 15 por ciento a las empresas que subcontratan.

Esto también es ilegal. Joshua Meltzer, experto en economía mundial y desarrollo de la institución Brookings explica por qué: “Ese impuesto del 20 por ciento sería una violación directa de probablemente cada ley de comercio que Estados Unidos tiene con cualquier otro país”.

¿Qué tal que también dijo que impedirá que la Ford construya nuevas plantas de producción en México, mediante la imposición de un impuesto del 35 por ciento sobre los vehículos fabricados en el país? Tampoco lo puede hacer. Esto violaría el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y sólo el Congreso puede imponer impuestos.

Trump pretende deportar a todos los inmigrantes indocumentados y luego legalizar a algunos. El Departamento de Seguridad Nacional estima que hay alrededor de 11.3 millones de personas que hay que legalizar. Según un informe del American Action Forum, esta deportación masiva costaría entre 400 y 600 mil millones de dólares para encontrar, arrestar, procesar legalmente y transportar a la población de indocumentados, y se necesitaría un periodo de 20 años para llevarla a cabo.

Otro ejemplo: Trump propuso “un completo y total cierre a la entrada de musulmanes a Estados Unidos”. Esta propuesta violaría la Constitución. La cláusula sobre la religión de la Primera Enmienda y las cláusulas sobre igualdad y el proceso legal de la Quinta Enmienda.

Hay algunas leyes de migración que se estarían violando, y hay que recordar que además en 1980 el Congreso aprobó una ley que protege a los refugiados que “temen persecución religiosa”.

Trump está mintiendo. Para poder llevar a cabo sus propuestas de campaña necesitaría cambiar la Constitución y tener mayoría en ambas cámaras.

Lo hemos visto con el tema de las armas, en donde el presidente Barack Obama ha hecho todo lo posible para controlar la venta y no lo ha podido hacer porque la ley no ha pasado en el Congreso. No es tan fácil implementar esas propuestas, lo que sí se facilita es crear falsas expectativas para obtener a cierto grupo de votantes. Y eso a Trump le está funcionando.

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